Han pasado varios meses desde que el Ayuntamiento de Ciutadella presentara la ordenanza para regular los patios interiores de los restaurantes y solamente dos de los locales que podrían verse favorecidos por la normativa han presentado un proyecto para contar con este tipo de dependencias.
Así, desde el consistorio apuntan que «hablamos de los dos restaurantes –Es Pins 46 y Moriarty– que más interés han puesto en el tema desde el principio. Seguramente vendrán más peticiones, pero por ahora solamente contamos con estas dos».
A su vez, desde el Ayuntamiento creen que el resto de negocios que podrían haber realizado una petición no han presentado nada al encontrarse ya en plena temporada y al tener que realizar un proceso burocrático que ya no dará resultados durante este verano. Eso sí, vaticinan que la medida sí ocasionará interés en 2018.
Por otra parte, Macià Coll, portavoz de la asociación Ciutadella Antiga comentó que «puede haber un punto de desilusión entre el sector, ya que he recibido muchas quejas de que hay requisitos difíciles de cumplir en la nueva normativa. Eso sí, después del trabajo realizado estos años yo esperaba que hubiera más locales. También pueden haber negocios que trabajen como hoteles. Seguramente irán entrando proyectos, aunque sea con dos mesas».
La posibilidad de abrir los patios interiores llegó tras un pleno especial convocado por el Consistorio a finales de abril.
En la cita se dio el visto bueno a la modificación puntual del Plan Especial del Casco Antiguo, con la que se permite el uso hostelero de las terrazas interiores de los bares del centro, después de dos años y medio cerradas. Lo hizo con solo 7 votos a favor, los del PSOE y Gent per Ciutadella, y gracias a la abstención del PP, sin la cual no hubiera salido adelante. El PSM cumplió lo anunciado y votó en contra. En total hubo ocho abstenciones las cinco de los ediles del PP, las dos de UPCM y la del concejal de Urbanismo, José López (PSM) que ya había anunciado que se abstendría al ser el responsable de elevar la propuesta en nombre de un equipo de gobierno con discrepancias evidentes.