Mark Hoddinott, arquitecto y director general del Área inmobiliaria de Meliá Hotels International, admite que se planteó la reforma del complejo Milanos-Pingüinos con la demolición a cambio de una estructura horizontal. Comprende la lógica y el anhelo de la población por corregir el impacto visual de la dos torres, «que son las primeras de las 16 o 18 que se iban a construir, pero se quedaron solas y por eso están más expuestas a la crítica», reconoce, «hoy es fácil para cualquiera que mire los edificios aprobados en su día que los rechace y exprese digusto».
Defiende su proyecto de reforma escalonada por razones de legalidad y de viabilidad empresarial, que, matiza, no es exactamente económica. Son los puntos de partida a tener en cuenta, recuerda, «ahora se valora el impacto visual en la verticalidad, pero la demolición y la construcción horizontal con más ocupación de suelo y más techo de población tal vez crearían más impacto».
Els que es inviable es la quantitat de beneficis que tenen aquestes empreses que no respecten ni el paissatge, ni als treballadors, ni a ningú.