El Ayuntamiento de Maó ha recaudado 875.314 euros entre enero y octubre de este año en concepto de multas de tráfico, una cantidad sorprendente por cuanto el volumen de ingresos municipales por este concepto solo había superado el medio millón de euros en dos ocasiones, 2014 y 2016, y nunca se habían presupuestado más de 450.000.
Para el año que viene, el Ayuntamiento realiza una estimación de ingresos de 650.000 euros, una cantidad equivalente a la recaudación obtenida en 2016 y muy inferior a la que se contabilizará a finales de año.
El motivo de esa prudencia estriba en la gestión de esas multas, «que se contabilizan cuando se cobran y muchas de las abonadas este año corresponen a ejercicios anteriores», explica el teniente de alcalde Jordi Tutzó. Ese es el criterio adoptado años atrás, aunque no es la única razón del subidón de ingresos. La segunda obedece a la recaudación, que estuvo prácticamente paralizada durante ocho meses a causa del cambio de consesionario del servicio, periodo durante el que se acumularon las sanciones.
El concurso fue adjudicado en 2015 a La Auxiliar de Recaudación SL, pero el recurso presentado por Registril dilató el proceso. La dinámica de progresión ascendente en la recaudación por multas se rompe entonces, de los 554.189 euros de 2014 se cayó a los 338.167 en 2015 y se volvió a la tendencia de incremento en 2016 con 646.411, favorecida por la deuda pendiente del año anterior, al igual que ha ocurrido en lo que va de 2017. «No se han puesto más multas, se han cobrado más entre las pendientes, el volumen normal está en torno a 500.000 euros», precisa Tutzó, quien apunta que las cifras turísticas también tienen una incidencia perceptible, hay más vehículos y más infracciones, de hecho, muchas de las sanciones corresponden a transeúntes.