Quince años después de la aprobación del Plan Territorial de Menorca (PTI) se constata que lo que era uno de los principales escollos urbanísticos en suelo rústico, los hortals, no solo no se ha resuelto, sino que la problemática ha aumentado.
Y es que pese a las prohibiciones contempladas en el PTI de 2003 de construir nuevas edificaciones y la imposibilidad de ampliar las existentes, lo cierto es que el número de hortals desde la entrada en vigor del Plan Territorial, no ha parado de crecer. Así lo constatan los redactores del avance del nuevo PTI, que incluso hablan que puede haberse duplicado en estos últimos quince años. Apuntan que el descontrol de los hortals ha ido a más, sobre todo en los municipios de Ciutadella, Sant Lluís y en el sur de Maó.
El PTI de 2003 incorporó 39 asentamientos diferenciados en rústico, de los cuales 29 fueron considerados como núcleos rurales (ver listado adjunto) y otros diez calificados como zonas de huertos de ocio (no residencial). En ambos casos se contemplaba que fueran regulados por el planeamiento urbanístico.
Las viviendas de los núcleos rurales (en 2003 se estimaba que eran unas 2.000) para ser legalizadas era necesario aprobar un plan especial a cargo de los propietarios. No obstante, pocos planes especiales se han aprobado desde entonces. El ejemplo más claro es Ciutadella con unas mil viviendas en sus 15 núcleos rurales, que a día de hoy no se han incorporado al planeamiento municipal.
El incremento no solo ha sido en el número de viviendas en estos núcleos rurales, sino que también se han detectado «al menos treinta nuevas áreas» de hortals, ubicadas en «espacios de menor valor natural, pero con un creciente peso en hectáreas ocupadas, que casi duplican la superficie y número de viviendas que se contemplaron en los núcleos rurales del PTI vigente».
Con todo se constata la ineficacia de las políticas impulsadas desde entonces tanto por el Consell como por los ayuntamientos a este respecto, y pone en entredicho el papel del Consorcio de Disciplina Urbanística en Rústico, ya que ni se han aprobado los planes especiales, ni se ha frenado el descontrol en los núcleos rurales, ni se ha imposibilitado que surjan nuevos asentamientos en rústico.
Un auge, exponen los redactores del avance del PTI, que también atribuye «a una Ley del Suelo que favorecía, o hacía previsible una regularización, desanimando a la elaboración de los correspondientes Planes Especiales de Núcleos Rurales previstos en el PTI».