Las barcas de la Cofradía de Pescadores de Ciutadella han salido uno de cada seis días en los últimos tres meses según su presidente, Jaime Gomila. O sea, quince días desde noviembre. La razón, la usual en la Isla: los temporales de tramontana, que impiden que salgan a faenar durante la mayor parte del invierno, y que, junto con los cambios bruscos de temperaturas, dificultan, asegura, no solo trabajar sino también llegar a unos mínimos de capturas.
Esto, que crea preocupación en el sector de la pesca profesional, choca, a su parecer, con el hecho que se les exija un menor esfuerzo pesquero y se les hable de pesca sostenible y artesanal, cuando, asegura, «ya la hacemos» por obligación de las condiciones meteorológicas. Por este creen que «ya se les debería considerar como pesca sostenible». Las barcas, recuerda, son pequeñas y hay poco mercado y los pescadores «de esta illa del vent» pierden «muchos días de trabajo al año».
No son contrarios a las últimas restricciones de la pesca profesional en la reserva del norte, como la reducción de las dimensiones de las redes, para garantizar el recurso, aunque en este tema lamentan la actitud de la administración que, dice, solo controla al pescador profesional de la Isla porque resulta más fácil. Afirma que están siendo el cabeza de turco porque «somos pocos, lo hacemos todo legal y saben cuáles son nuestras capturas». Mientras, no se asegura una mayor vigilancia en la zona protegida, donde desde hace tiempo tanto el sector pesquero como los buceadores y ecologistas vienen denunciando la bajada de biomasa.
Los pescadores sí esperan ver satisfecha este año una de sus demandas históricas: la creación de la marca de langosta de Menorca, que según les informó el Consell en una reunión este viernes, se podría implantar esta temporada después de que el año pasado se realizara una prueba piloto. La opinión de los pescadores es que este tipo de etiquetaje debería extenderse a todo el pescado de Menorca para potenciar el valor del producto local. Desde el ente público están en ello con la promoción de la gastronomía de la Isla con la Fira Arrels, en la que esperan participar las cofradías como ya hicieron el año pasado.