La bajada de la producción de cloro líquido en España puede desencadenar en una escasez del desinfectante para al menos un millar de piscinas en Menorca. La lentitud de las fábricas para ponerse al día con la normativa europea que obliga a sustituir la tecnología de producción basada en mercurios por la de membrana provocó el cierre temporal de cinco de las diez productoras españolas y desde el Clúster de la Industria química de Balears advierten que la pérdida de producción de 400.000 toneladas anuales (el 55 por ciento de su potencial) acarreará problemas de suministro serios acentuados por la fluctuación de precios.
El consumo del desinfectante, como hipoclorito de sodio al 15 por ciento, ronda unas 10.000 toneladas al año, según el director del Clúster, Juan Miguel Matas, «poco» en comparación con otras comunidades autónomas donde se les da usos industriales, pero la complejidad del transporte y sus costes les preocupa no poder garantizar el suministro.
La escasez del producto afectaría a «al menos un millar de piscinas» de Menorca, según uno de los principales distribuidores de este producto, Eliseo Llabrés. La cifra rresponde a instalaciones de hoteles y piscinas públicas, que usan cloro líquido o lo combinan con el cloro sólido para mantener la calidad del agua, a diferencia de los propietarios de piscinas particulares, que suelen usar cloro en pastillas. El problema también podría afectar a lavanderías, que usan el desinfectante como lejía para blanquear, y las suministradoras de agua, para potabilizarla.
Una opción para satisfacer toda la demanda sería realizar una previsión meses vista para el verano y encargar ya las cantidades a los proveedores de la Península, pero las características del producto lo dificultan. Las cantidades de cloro necesarias para mantener una piscina en condiciones varían dependiendo de la temperatura y a cuanto más calor, más consumo.
El elemento activo del cloro líquido, el hipoclorido, es un gas disuelto, por lo que al subir la temperatura el producto tiende a volver a su estado natural. Otra alternativa, el uso de cloro sólido, es una opción más cara, que se puede contemplar en casos de urgencia, pero no resulta rentable para las piscinas de grandes dimensiones ya que implica un mayor gasto en otros complementos para equilibrar el Ph. Y la posibilidad de traer cloro líquido del extranjero, como el sólido es inviable por el aumento de los costes en transporte (hasta de un 60 por ciento) y la volatilidad del cloro, que hacen que no pueda almacenarse durante mucho tiempo.
Las empresas del sector esperan que esta situación sea coyuntural y no tenga consecuencias a largo plazo. En principio la próxima temporada las fábricas que cesaron su actividad ya se habrán adaptado a la nueva normativa y los precios deberían equilibrarse.