El 45,8 por ciento de langostas rojas que se captura en Menorca no cumple con la talla mínima legal, una cabeza de 90 milímetros de longitud, según los datos del proyecto Menlan. Esto indica que la especie se encuentra en una situación de vulnerabilidad a pesar de que estos ejemplares no se comercializan y los pescadores deben devolverlas al mar. La población «depende mucho del reclutamiento de juveniles» a causa de la explotación del recurso, como explicó este viernes la bióloga Sandra Mallol en la presentación del estudio sobre la pesca del crustáceo que realizó con el Centro Oceanográfico de Balears. La talla media de una langosta es de 90,5 milímetros en el norte de Menorca y de 90,6 mm en el Canal de Menorca. Coinciden justo con la talla mínima legal y un exceso de pesca o condiciones medioambientales adversas pueden afectar a la supervivencia de la población a medio plazo.
La edad media de las langostas capturadas en la Isla es de entre 4 y 9 años, un tercio menos que la esperanza de vida que tienen las del parque natural de les Illes Colombretes (Valencia), una zona vedada a la pesca y cuyos datos usan los investigadores para analizar cómo afecta la explotación pesquera a la población de langostas capturadas en la Isla. El nivel de la captura en en Colombretes ronda los 70 ejemplares por calada mientras que Menorca es de entre tres y cuatro langostas con redes de la misma longitud, como comentó Mallol. Esta última cifra no ha variado significativamente en los últimos años, por lo que la explotación del recurso está «en equilibrio». Eso sí, la tasa de explotación es alta, algo que junto a la pequeña talla de las langostas no ayuda a su reproducción.