Tóbal Capó es l'amo desde hace once años y explica que la campeona «es la vaca, el mérito del criador es cuidarla cada día y hacer el trabajo pertinente para poder lucirla en la feria como campeona», el objetivo que ha logrado en la XXXII edición del concurso de vacuno frisón. Lo valora con orgullo y apunta que el secreto «es genética, manejo, alimentación y un punto de suerte», apunta, sabedor del alto nivel que ha alcanzado el concurso.
No es, sin embargo, algo nuevo en su currículum profesional, en ediciones anteriores «había ganado en vaca joven en dos ocasiones, intermedia en tres y varias subcampeonas», recuerda.
La «Biniseguí Vell Atwood Fusa», la campeona, «es una vaca que parió hace 100 días, está con una producción de 55-56 litros diarios, tiene cinco años y tres partos y ya vuelve a estar inseminada», relata sobre la res que paseó con orgullo por el coso del recinto ferial ante los cientos de espectadores que acudieron al evento. Su traza genética revela pedigrí canadiense, que comparte con «Binillubet Atwood Travesía», de la ganadería de Binillobet y distinguida como gran campeona reserva.