Once entidades culturales, sociales y deportivas se han quedado sin local de la noche a la mañana en Es Castell por el cierre del antiguo cuartel de intendencia, Duque de Crillón, que ocupaban en distintas dependencias debido al peligro que supone la deformación advertida por el propio alcalde, Lluís Camps, en la parte central de su tejado.
Mientras la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb), propietaria de las construcción en representación del 'banco malo', envía a los técnicos que evalúen las deficiencias, el Ayuntamiento pide implicación y ayuda tanto al Consell insular de Menorca como al Govern Balear. «Tenemos un déficit de equipamientos sociales y culturales en el pueblo y las dos administraciones deben ser sensibles y recoger nuestras demandas para subsanarlo», explica el alcalde, Lluís Camps.
Serán los dueños del edificio, que lo tienen puesto a la venta por una cantidad que ronda los 3 millones de euros, los que determinen cómo y cuándo intervenir para evitar el peligro de un posible derrumbe por el tejado. Las vigas interiores también están seriamente deterioradas lo que llevó al alcalde y a los técnicos municipales a decidir su desalojo y cierre inmediato.
«Es la propiedad la que debe actuar aunque colaboraremos en las necesidades que podamos», explica Camps.
El Sareb mantiene el convenio con el Ayuntamiento por el que le permitía hasta ahora la utilización del cuartel.