La temporada arrancó oficialmente el pasado martes 1 de mayo, aunque no ha sido así para la mayoría de los hoteles. El grueso de la oferta menorquina de alojamiento se saltó la Semana Santa, se ha saltado el puente de mayo y ha decidido retrasar su apertura a este fin de semana, cuando, ya sí, la mayor parte de la planta hotelera habrá dado el pistoletazo de salida a la campaña turística 2018, con la salvedad de la mayoría de los complejos de apartamentos, que tradicionalmente esperan al mes de junio.
Una Semana Santa temprana en el calendario y la incertidumbre con la que el sector afronta la temporada han hecho que este año el inicio de la campaña turística se haya retrasado y que las perspectivas para el primero de los seis meses oficiales de temporada no sean demasiado halagüeñas. Sin menoscabo de que las previsiones pueden variar mucho dependiendo del tipo de establecimiento y de los mercados con los que trabaje, la impresión que transmitieron ayer desde la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome) es que «mayo está perdido», al menos en cuanto a la ocupación.
La previsión que maneja la patronal es que la ocupación medida de los establecimientos «no llegará al 60 por ciento» durante el mes de mayo, algo que no ocurre desde el año 2015 y que tiene especial trascendencia porque, según explicó la gerente de Ashome, Azucena Jiménez, muchos establecimientos tienen en ese 60 por ciento el umbral de la rentabilidad.