La gerente de la Asociación Hotelera de Menorca, Azucena Jiménez, ha asegurado hoy, que algunos establecimientos de la oferta de alojamiento en la isla todavía disponen de un 30% de plazas para vender de cara los meses de julio y agosto.
Esta situación contrasta con la experiencia vivida en las dos últimas temporadas turísticas y preocupa a la patronal hotelera. Jiménez ha reconocido, en declaraciones a Efe, que la temporada de este año será «diferente a las anteriores», aunque ha advertido de que el año pasado detectaron un descenso en el sector de alojamiento reglado.
Jiménez ha confirmado que el hecho de que todavía falte por vender el 30% de las reservas en los meses más punteros de la actividad genera «preocupación». Esta lentitud en el proceso de compra que se registró en menor medida en 2017.
La gerente de la Asociación Hotelera de Menorca ha recordado que los datos ofrecidos durante los últimos meses del Aeropuerto de Menorca evidenciaban que la «euforia» de anteriores temporadas no se iba a repetir este verano.
Además, Jiménez ha pronosticado un mes de junio similar al mismo periodo que el año pasado pero «con tendencia a la baja» y reconoce que el sector teme las campañas del 2019 y 2020.
La responsable de Ashome ha lamentado que las instituciones públicas no hayan sido capaces de detectar el problema y poner soluciones para paliar las dificultades que presenta la temporada turística.
Jiménez ha apuntado como posibles causas de la incertidumbre la falta de recursos económicos en promoción turística, aunque ha matizado que, «es algo lógico si tenemos en cuenta que las competencias han llegado al Consell hace relativamente poco».
Las obras de mejora en la carretera general de Menorca, la dejadez en determinadas urbanizaciones turísticas y el mal estado de las playas también generan un panorama desalentador, de acuerdo a la gerente de la patronal.
Hay una gran frase que resume lo que pasa. El problema no es lo que come el tiburón si no lo que comen las rémoras. Menorca (como toda España) está carcomida por impuestos, burocracia que hacen que competir con el resto de países sea casi imposible. La remoras (lo público) nunca se sacian y cada día quieren un poco más. España es el claro ejemplo de ver cómo cada año aunmentan el presupuesto público y siguen necesitado. La solución es la liberalización y privatización de medio país. Devolver a la sociedad civil lo que le pertenece. La capacidad de trabajar.