El pleno de la Comisión de Impulso del Turismo Sostenible aprobó este miércoles oficialmente los seis nuevos proyectos que se beneficiarán en Menorca del tercer reparto de la ecotasa y los tres que seguirán recibiendo financiación tras haber sido aprobados el año pasado. En relación a los proyectos nuevos no hay novedades en relación a lo avanzado la semana pasada, más allá de conocer el coste que tendrá para el Govern la adquisición de la antigua iglesia de Sant Josep de Ciutadella. Serán algo más de 321.000 euros.
Los seis proyectos menorquines de nuevo cuño que recibirán financiación suman así 5,31 millones de euros. Entre ellos destacan los tres más costosos: por este orden, la compra del edificio de Sa Tanca en Sant Lluís, la rehabilitación y adecuación del casat de Binocodrell (Es Migjorn) y la rehabilitación de las dependencias del Reial Alcàsser de Ciutadella, los tres con importes superiores al millón de euros.
A esa cantidad hay que sumar los proyectos que recibirán dinero para financiar la ejecución de la segunda fase. Son tres: el llamado ?Menorca Smart Island: Territori Viu?, que tras recibir 665.000 euros en 2017 este año obtendrá una cantidad similar; la segunda fase de rehabilitación de la finca de Milà Nou, que el año pasado se benefició de 128.000 euros y que este contará con el grueso de la inversión, 1,6 millones de euros, para convertirla en un centro de interpretación de la Menorca rural, y la segunda fase de rehabilitación de los muros de las casas consistoriales de Ciutadella, proyecto que recibirá 266.316 que se suman a los más de 500.000 que obtuvo en 2017. En total, casi 2,6 millones de euros para continuar proyectos.
Así va, restaurando fachadas, pero madre mía, ¿¡se puede tomar nada más a pie de la letra?! Vemos como verano tras verano los turistas destrozan ingenuamente de todo, los supermás guays apilan piedras, se bañan con barro, 'se encuentran' nacras, se llevan arena de playa y a ver que más, se acomodan en las dunas, dejan su basura por todo, alquilan barcas sin permiso ni idea pero con mucho efecto negativo para todo y todos menos su cuenta de instagram, ¡oh vaya! A ver cuando esto del 'turismo sostenible' se aplica a nuestra 'reserva de biosfera' y en vez de pulir fachadas o invertir 25 mil € en que los turistas aprendan el catalán, se repartan folletos a cada uno que llegue a la isla para conscienciarles como se debería de comportar aquí. Qué cajones que tan difícil tampoco es!