Vox ha anunciado este domingo que cierra temporalmente su sede en Maó, en la calle Miranda, debido a «diversas agresiones» que la formación de ultraderecha afirma haber recibido en los últimos meses.
En un comunicado, Vox sostiene que se han producido agresiones «con el fin de amedrentar a simpatizantes y afiliados». Además, el partido asegura que algunos de sus militantes han recibido amenazas a través de sus perfiles de Facebook y Twitter.
Vox asegura que esta decisión se ha llevado a cabo «con un sentido máximo de la responsabilidad y por el bien de la seguridad» de sus afiliados.
El presidente de Vox en Balears, David Gil, ha concluido que «ante las amenazas, miedo cero y tolerancia cero». «No nos pararán las piedras, como no nos han parado los tiros, las bombas y los zulos», ha apostillado.