Una parte significativa de la población sigue subsistiendo con pocos recursos económicos. Mejoran los indicadores económicos, baja el paro y aumenta la contratación, pero hay ciudadanos que siguen en la cuneta de la recuperación. Una cuarta parte de los contribuyentes declara tener unos ingresos inferiores a los 6.000 euros al año, lo que equivale a percibir una media de menos de 500 euros al mes.
Así se extrae del número de declaraciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) presentadas y cuya base imponible es inferior a los 6.010 euros. Han declarado encontrarse en este nivel de ingresos 10.268 contribuyentes sobre un total de 41.175 declaraciones presentadas.
El estudio elaborado por el Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam) sobre el Sistema de Indicadores de Bienestar Social y Servicios Sociales apunta que la proporción de rentas que se encuentran en este tramo «debería ser poco significativa» ya que se trata de una renta baja para poder satisfacer las necesidades de una unidad familiar. Pese a ello, la Isla cuenta aún con un 25 por ciento de los contribuyentes en esta situación, ya sea por percibir una pensión mensual no contributiva, una renta mínima, ya por haber cotizado unos pocos meses al año y cuyo cómputo no alcanza estos 6.010 euros anuales de ingresos.
Este porcentaje se ha ido reduciendo con los años, pero es aún significativamente superior al 21 por ciento registrado en 2014.
Si las rentas bajas continúan bajando y el Producto Interior Bruto subiendo desde 2014, ¿quién se está quedando con la diferencia? (Sí, esos en los que usted está pensando, querido lector)