Dos décadas después de dejar de ser uno de los establecimientos de restauración de referencia en la Isla, se vislumbra una nueva vida para el deteriorado edificio del Rocamar. Un grupo inversor ha cerrado un acuerdo con la sociedad propietaria del inmueble para su adquisición, con la intención de ejecutar un proyecto de apartamentos de lujo en este espacio del Moll del Fonduco, en el puerto de Maó.
Según distintas fuentes consultadas, la operación está realmente muy avanzada, solo pendiente de que se rubrique el documento de compraventa durante las próximas semanas. El edificio del Rocamar llevaba ya tiempo a la venta a través de distintas agencias inmobiliarias, con un precio de venta (consultable en sus páginas web) de 2,4 millones de euros. La sociedad que lo adquirió a comienzos de siglo, poco después de su cierre en el año 2000, a la familia Borrás intentó sin fortuna poner en marcha un hotel de categoría superior. Surgieron distintos problemas, algunos de carácter urbanístico, que no lo facilitaron. Entonces optaron por deshacerse del inmueble. Ahora pasará a manos, según algunas voces, de una empresa de capital extranjero que pretende poner en marcha las obras el año que viene.
En la información disponible en los anuncios de las inmobiliarias se informa de que el edificio está en estado de ruina, por lo que el comprador tiene las opciones de demoler o reconstruir. Se trata de una parcela de 632 metros cuadrados, con una superficie construida de 1.335 metros cuadrados distribuidos en sótano y cuatro plantas, con un potencial de edificabilidad de 1.800 metros cuadrados. La normativa permite edificiar un hotel o viviendas tipo apartamento, todas ellas con vistas al mar al ser un inmueble con poca profundidad. Se menciona «la posibilidad de instalar frente al edificio un pantalán flotante para uso privado y exclusivo de los propietarios del mismo», y se adjunta en la publicidad dos posibles planos con posibles distribuciones del edificio, con 10 y 19 apartamentos.