Las palabras de Francina Armengol generaron de inmediato la reacción de la portavoz del Grupo Popular en el Consell, Misericordia Sugrañes, quien criticó a la presidenta del Govern por su «desconocimiento de la realidad de Menorca» y porque, con sus declaraciones sobre la cesión de suelo «evidencia su intención de seguir gestionando dicha competencia», la de vivienda.
Reprochó a la presidenta menorquina que no reclamara esas competencias para Menorca y aseguró en una nota de prensa que «las restricciones impuestas en el Plan Territorial Insular (PTI) de 2003 han frenado cualquier nuevo desarrollo y con ello la generación de suelo público, tendencia que se verá agravada si se aprueba el nuevo PTI en los mismos términos que el texto cuya aprobación inicial finalmente se abortó ante la falta de informes técnicos favorables, fruto de las deficiencias detectadas».
Para el PP la reivindicación de la presidenta Mora ante su homóloga Armengol fue «pobre», ya que «se ha referido genéricamente a traspasos de competencias». Para la oposición lo primero que habría que renegociar es la dotación de las competencias en materia de Promoción Turística. Critica además que desde el Consell –a diferencia de lo ocurrido con el presidente ibicenco Vicent Marí–, no se hayan reivindicado las competencias en recursos hídricos, «Mora ha pasado de puntillas sobre este asunto» y sobre vivienda «tampoco parece que se haya atrevido Susana Mora a solicitar al Govern que delegue en el Consell la gestión del Ibavi y de las políticas de fomento de la vivienda social». El PP asegura que el Govern «está en deuda» con Menorca y enumera, entre otros, los asuntos pendientes de los lodos de Ferreries, la recarga del acuífero, el centro de FP de Hostelería de Ciutadella, la financiación al 100 por ciento del Conservatorio, o el médico para la valoración de la dependencia.