Los alumnos del instituto Joan Ramis i Ramis de Maó estrenaron la ampliación del centro, nuevas aulas que sin embargo tuvieron que llenarse con mobiliario antiguo, procedente en parte de las aulas modulares que se han eliminado ya y otro cedido por el Ayuntamiento. El director del centro, Llorenç Pons Llabrés, señaló que la falta de los pupitres entraba dentro de lo previsto ya que la renovación del mobiliario se licitó de forma separada. Se espera que en la segunda quincena de octubre puedan llegar las nuevas mesas y sillas así como el equipamiento informático. Al margen de este retraso en el mobiliario, el primer día de clase transcurrió sin incidencias, con alrededor de 700 alumnos y cada grupo con su aula de referencia.
En el IES Pasqual Calbó el gafe con la obra del gimnasio continúa, porque con la lluvia torrencial entró agua por la cubierta nueva y hubo goteras, lo que se suma a los contratiempos que han surgido con el pavimento. «La obra se terminó mal y estamos a la espera de que lo resuelvan, utilizaremos el polideportivo hasta que nos digan que lo van a arreglar», manifestó la directora del centro, Ana Azazeta. Otra inundación se produjo en el instituto Josep Maria Quadrado de Ciutadella, también en la zona polideportiva. Una obra de mejora que debía estar ya ejecutada y que sigue pendiente de adjudicación. Como en el primer día de clase no tocaba la clase de Educación Física el curso comenzó en el centro sin más problemas y con unos 700 alumnos.