En febrero de 2016 el concejal Rafael Muñoz ya comentaba la conveniencia de que los 1,4 millones de euros de canon de saneamiento que aporta cada año Maó tuvieran un retorno en las infraestructuras de la ciudad. Lo hacía en referencia al proyecto de construcción de un segundo colector, en la parte sur del núcleo urbano, que supondría una importante mejora en el tratamiento del agua. Su presupuesto de ocho millones de euros es prohibitivo para los recursos propios del Consistorio. En marzo se planteó al entonces conseller autonómico Vicenç Vidal durante su visita a la depuradora Maó-Es Castell, pero esto no se comprometió a nada. Francina Armengol tampoco en una reunión posterior. Ahora, cuatro años después, el Ayuntamiento de Maó anuncia que ha solicitado formalmente por carta a la Conselleria de Medio Ambiente que el canon de saneamiento pague la obra.
Maó tiene un solo colector, unitario, más de tres quilómetros de canalización en la zona portuaria donde vierte todo el alcantarillado además de la lluvia. Por ello, si la tormenta tiene una cierta intensidad se desborda, con vertidos puntuales de aguas fecales en el entorno del puerto.
La solución está diseñada desde 2011. Un proyecto para un segundo colector que descargaría en más de un 50 por ciento el actual, al asumir el agua de Poima, Malbúger, Llucmaçanes y la zona sur del municipio. Permitiría evolucionar al sistema separativo, para lo que están preparadas ya las calles en las que se ha actuado recientementre. Con ello se podrían recuperar aguas pluviales y abrir la posibilidad del reaprovechamiento del agua tratata en la depuradora de Maó-Es Castell. Cabe recordar que estos dos ayuntamientos han pedido varias veces sin suerte financiación procedente del impuesto de turismo sostenible para ejecutar una parte de este proyecto.
El canon de saneamiento es un tributo que debe revertir, por normativa, en inversiones de este tipo. En 2018 la recaudación en las Islas fue de 85 millones de euros, y de hecho el Govern está firmando recientemente convenios, por ejemplo con Emaya en Palma, para la inversión de importantes cantidades de dinero del canon de saneamiento para mejorar infraestructuras hidráulicas. En 2017 fueron casi 60 millones de euros.
Rafael Muñoz y al alcalde Héctor Pons coinciden en la necesidad de mejorar las red de recogida de agua del municipio, al contar ahora con una infraestructura obsoleta.