La expansión del coronavirus hacia Europa y, en concreto, en el norte de Italia está empezando a tener sus efectos sobre el sector turístico que está percibiendo una ralentización de las reservas para visitar la Isla. Hay temor a viajar. Sea cual sea el destino. Esta recesión en el ritmo de las ventas se da de forma más pronunciada para los meses más próximos, como es el caso de abril, para la campaña de Semana Santa, y mayo, como primer mes de la temporada turística. A más largo plazo, la gente tiene más confianza de que la epidemia ya esté controlada.
Así lo apunta el presidente en Menorca de la Agrupación de Agencias de Viajes de Balears, Llorenç Pons, quien quita alarmismo al asunto y advierte que esta ralentización no es significativa ni para nada extrema. No obstante, sí asegura que «sería engañar si dijésemos que la situación es la misma que la del año pasado o hace dos».
Es, de forma más pronunciada el turista italiano el que está ‘pinchando' en cuanto al ritmo de reservas. Y los motivos son claros. Para ellos, ahora, comprar sus vacaciones no es una prioridad. Y van a esperar a adquirir el paquete a conocer cómo avanza la expansión del covid-19 en su país. «No corren para reservar, están esperando a hacerlo», informa Pons.