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Los inspectores obligaron a cerrar tres locales de restauración en 2019

Otros 13 fueron sancionados, la mayoría por deficiencias al manipular alimentos y en la higiene

Un trabajador de un comedor se coloca unos guantes para manipular los alimentos. | R.L.

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Los inspectores de Seguridad Alimentaria tramitaron trece sanciones a establecimientos de restauración en Menorca durante 2019, a otros tres se les ordenó directamente el cierre por las graves deficiencias detectadas y hubo además dos propuestas de cierre. Las deficiencias más habituales que motivaron las sanciones fueron las operacionales, que incluyen una defectuosa manipulación de los alimentos y la falta de higiene en los procesos, y las estructurales, como son la falta de buenos equipos de conservación y limpieza.

En la última campaña de inspección se visitaron 504 comedores en Menorca y un 75 por ciento de estos controles fueron favorables, de hecho la situación de bares, restaurantes y otros centros en los que se manipulan y cocinan alimentos en la Isla es mejor que en el resto de Balears, remarcó ayer la responsable de Restauración Colectiva dentro del Servicio de Seguridad Alimentaria del Govern, Rosa Llull.

En el conjunto de Balears seis de cada diez bares y restaurantes presentaron deficiencias, es decir, en el 61,2 por ciento de los negocios visitados por los inspectores se descubrieron incumplimientos de la normativa de mayor o menor relevancia. La situación es preocupante y Seguridad Alimentaria (servicio adscrito a la Dirección General de Salud Pública) ya mantiene reuniones con patronales del sector alimentario y de restauración para «buscar estrategias» e identificar a las empresas «con más problemas para darles apoyo», señala Llull.

El mejor nivel de los comedores y locales de restauración en Menorca «puede deberse a una menor rotación de personal y a una mayor continuidad de los negocios en el tiempo», expuso la responsable de seguridad, ya que se ha visto en el conjunto de Balears que los establecimientos que solo abren para hacer la temporada, o que abren un año y cierran al siguiente, o que tienen más carga de trabajo de la que pueden abarcar, tienen más dificultades para mantener la seguridad y los mínimos sanitarios exigidos. También la falta de formación tiene incidencia en los incumplimientos, aseguró Llull, «muchas veces los trabajadores no formados ni siquiera saben que están cometiendo un error».

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