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Pandemia de coronavirus

La temporada arranca con timidez y el obstáculo de la escasez de vuelos

Un único cliente en un restaurante de los pocos abiertos este sábado en la urbanización de Son Bou | Gemma Andreu

Si hay que ponerle una fecha al inicio de la temporada turística de este anómalo año podría ser este sábado, con un tenue aumento de la oferta de vuelos respecto a días precedentes y el inicio de las conexiones internacionales. No obstante, es algo engañoso. Aproximadamente la mitad de la planta hotelera esperará a julio para abrir y el ambiente en las calles y urbanizaciones es impropio de estas fechas. Este sábado se operaron diez frecuencias y para este domingo se esperan otras trece. En el último fin de semana de junio de 2019, de viernes a domingo, se llevaron a cabo 553 vuelos en el Aeropuerto de Menorca.

La presidenta del Consell y responsable de Turismo, Susana Mora, asegura que «se ha trabajado para avanzar el inicio de la temporada, los vuelos internacionales son un disparo de salida, pero somos conscientes de que arranca de forma muy tímida». Los esfuerzos promocionales, con la divulgación del vídeos dirigidos al cliente nacional, se centran ahora en el verano más puro, y acto seguido se volcarán en intentar prolongar la temporada en otoño, «siempre que las condiciones sanitarias lo permitan», aclara prudente Mora. La sensación es que una temporada con cierto músculo no arrancará hasta la segunda quincena de julio.

El mercado nacional es una gran baza. Durante los últimos días, informan empresarios del sector, se han atendido visitantes de Mallorca y, más recientemente, de Catalunya. Quienes se deciden a última hora para venir en la primera quincena de julio se encuentran con un elemento disuasorio nada menor: la poca frecuencia de vuelos programados con Barcelona o Madrid, las principales vías de entrada, y el consecuente aumento de los precios.

Flexibilidad

Susana Mora es consciente de ello. «Trabajamos con las compañías con reuniones constantes, y nos llegan mensajes ligeramente optimistas». La razón es que las aerolíneas, ante la incertidumbre sanitaria y la imprevisible demanda programan «por quincenas, con mucha flexibilidad». Pese a ello, el Consell se esfuerza en transmitirles que para que haya demanda, debe existir una oferta suficiente que permita que los precios no se acaben disparando por esta misma escasez (los famosos algoritmos), «es el pez que se muerde la cola», comenta.

Hasta el 12 de julio, la ruta con Barcelona ofrece entre dos y cinco frecuencias diarias, desde el 13 de julio pasa a media docena (la mitad respecto al año pasado por estas fechas), y solo a partir del 28 de julio sube a 12, incluso 14 durante una buena parte de agosto. La relación entre oferta y precio es clara. La semana que viene apenas hay combinaciones por menos de 400 euros, ida y vuelta sin residente. Para venir el 6 de julio a pasar una semana apenas hay plazas en la ida (algunos vuelos no se venden ya) y con precios altos, salvo horarios concretos. Para el 13 de julio se puede ir y venir, sin residente, de Barcelona por unos 230 euros escogiendo horario. El 10 de agosto por 170 euros puede un turista visitar la Isla.

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