Las embarcaciones que navegaban este domingo por la tarde junto al Caló Blanc, en la costa de Sant Lluís, se sorprendían al ver la fiesta que tenían organizada decenas de personas apretujadas en dos yates de alquiler fondeados uno junto al otro.
Con la música a todo volumen, la celebración en la cabina y la cubierta de la primera lancha excedería el máximo de personas que pueden participar en encuentros de familiares o amigos, que es de 15 en espacios cerrados como es la cabina de un barco o de 30 si están al aire libre.
Además, los asistentes a este tipo de encuentros también están obligados a respetar la distancia de seguridad entre los no convivientes, condición que a la vista de las imágenes grabadas desde el resto de embarcaciones no se cumplía.
Espero que esto no se convierta en la nueva Ibiza. Seria lamentable no poder seguir disfrutando de la tranquilidad que hemos tenido hasta ahora. Ojalá corten este tipo de actos de raíz.