Víctor Madera es un inversor que ha descubierto en Menorca los valores que cree que son claves para afrontar un futuro ahora incierto.
En su intervención en el Foro se refiere a «estos meses tan duros» y recuerda a quienes han perdido un familiar. En su grupo hospitalario han fallecido dos médicos y una enfermera por la covid-19.
Cree que «los tiempos difíciles son una oportunidad para replantearse el camino». Asumiendo, como demuestra la pandemia, que la globalización no tiene vuelta atrás. Constata también «la pérdida de capacidad de los Estados para reaccionar adecuadamente y a tiempo ante un desafío como el actual». Concluye: «El hombre no puede apostar contra la naturaleza porque siempre pierde».
La tranquilidad de sentirse sano
Víctor Madera interpreta que los turistas van a ser más exigentes con todos los servicios, aerolíneas y hoteles. «Habrá menos vuelos y más caros y menos ingresos familiares, lo que llevará a una disminución del turismo de masas» y apunta que «el turismo será selectivo en sus elecciones y buscará vivir experiencias, sentir emociones, buscará lo auténtico, la inmersión en la cultura local, el entorno natural como el verdadero lujo para saborear el tiempo, la vida, la calma, el silencio». Cree que la pandemia «ha hecho aflorar el verdadero valor de las cosas sencillas», entre las que incluye «la tranquilidad de sentirse sano». Concluye acentuando «la importancia de encontrar la armonía molecular, que es el verdadero refuerzo inmunológico que nos ayuda a combatir la vulnerabilidad del día a día». Y afirma: «Estos valores, los buenos, los difíciles de encontrar, son los que tiene Menorca, hay que saber poner el foco en ellos y sacarles brillo».