El cierre obligado de los locales de ocio nocturno a las dos de la mañana que se aplica en Menorca desde el final de la desescalada no ha evitado que la fiesta siga en la calle hasta altas horas de la madrugada, con las molestias a los vecinos y el riesgo sanitario que ello conlleva.
Las imágenes captadas la noche del sábado en Es Pla de Ciutadella así lo acreditan. Las terrazas permanecieron abiertas, con la distancia de seguridad indicada, hasta las dos, pero una vez replegado el mobiliario de los locales una parte de los clientes seguía ocupando el espacio público, esta vez ya sin ninguna medida de control.
El sector del ocio nocturno en Balears se siente criminalizado por las medidas regulatorias, defiende que los locales toman todas las medidas sanitarias a su alcance y recuerda que deben ser los cuerpos y fuerzas de seguridad los que eviten que, una vez echado el cierre, la fiesta se transforme en un botellón en la vía pública.