Las antiguas casas en concesión en primera línea de mar de Fornells -una de las cuales perteneció a Félix Millet- recuperadas hace dos años por la Comunidad Autónoma serán en el futuro un bar restaurante. Es el uso elegido para este singular paraje.
La conversión en un establecimiento de restauración implicará una adaptación urbanística. El edificio más próximo a la playa del Viver, de planta baja y dos pisos, será desmochado, se demolerá la segunda planta para igualar las alturas con el resto de edificios para mantener la estética de Fornells.
Asimismo se adaptarán e igualarán las terrazas a escala de calle y los patios que conforman esa isleta de edificaciones, se reducirá su volumen y se conectará el paseo entre las edificaciones y el mar manteniendo la tipología del paseo que continúa hacia el Castell de Sant Antoni y la Torre.
Las obras de adecuación del futuro restaurante y de la conexión del paseo junto al mar formarán parte de la concesión administrativa para la adjudicación del establecimiento. Ports de les Illes Balears, titular ahora de esos edificios y zona marítima, quiere que el pliego con las bases del concurso esté listo antes de fin de año, lo que evidencia el deseo de que a principios de la próxima temporada pudiera estar ya abierto.
El conseller Marc Pons señala que se ha optado por este uso porque pretende ser una herramienta más de desestacionalización y por ello se exigirá la apertura de once meses al año. Tendrá que hacer también de cantina del puerto al haber desaparecido este servicio del proyecto de reforma portuaria.
Otra de las razones de la premura con la que se pretende la adjudicación es evitar «que el paso del tiempo contribuya a un mayor deterioro, porque lo que se quiere es que sirva de revitalización», explica el conseller de Movilidad y Vivienda del Govern. A su vez, la concesión reportará un canon anual a Ports, ingresos necesarios para el mantenimiento de la zona portuaria.
Espacio cultural
También la Casa del Contramaestre, «un referente de Fornells y un elemento de gran peso patrimonial», según el alcalde Francesc Ametller, cambia de uso al ser cedida al Ayuntamiento como espacio social o cultural. La cesión será posible por el traslado previsto de las oficinas administrativas del puerto al edificio que se construye en Es Pla y que fue pensado inicialmente para albegar la cantina, que ha sido eliminada del proyecto.
El inmueble, que está rehabilitado y en ocasiones ha servido ya de escenario de conciertos y exposiciones, será de gestión y mantenimiento municipal una vez se haya firmado la cesión.