Los centros de ocio para mayores siguen con los preparativos para reabrir sus puertas pero con mucha incertidumbre, la evolución de la pandemia en la última semana no es favorable, y los clubes temen realizar todo el trabajo para que, en cualquier momento, deban echar la persiana otra vez.
Aún así, tal y como se comprometió el Consell en la reunión mantenida con representantes de la Federació de Gent Gran, los técnicos de la institución continúan con las visitas a los centros –ayer fue el turno de Aspema en Camí des Castell–, para comprobar in situ su capacidad y qué cambios deberían introducir si quieren organizar actividades sin riesgo de contagios. La federación de mayores tiene pendiente celebrar una asamblea para decidir, como propone su presidente, Joan Lluís Rosselló, si sería más conveniente trabajar en los planes de contingencia pero ya de cara a abrir en 2021, sin prisas, para no tener luego que anular actividades como ya ha sucedido en algunos clubes que habían preparado el programa de este mes de octubre.
Casas de Joves
En la otra cara de la moneda están los casals de joves, que también deben adaptar aforos y actividades a las medidas de seguridad. El director insular de Juventud, Josep Juaneda, explicó ayer que los centros para jóvenes potencian en este momento las actividades dirigidas y en el exterior, ya que así los grupos pueden ser de 20 personas frente a las 10 de espacios interiores. En el casal de Ciutadella empezará mañana un taller de calistenia, en el de Es Mercadal ya ha abierto el punto de estudio y de encuentro mediante cita previa, y también en Es Migjorn se abrirá a partir de mañana para ir a estudiar o reunirse, siempre dentro de los límites establecidos. El casal jove de Maó por contra está actualmente en obras, por lo que se encuentra abierto al público ni organiza actividades. «Los ayuntamientos están realizando un gran esfuerzo», recalca Juaneda, «abrir requiere una organización diferente en cada centro».