Sanitarios y pacientes han vuelto este domingo a manifestarse frente a las puertas del Hospital Mateu Orfila para protestar contra el cese del doctor Ramón Fernández-Cid como jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en la que ya es la quinta jornada de protestas por una decisión que consideran «injusta e injustificada».
Las peticiones de dimisión para el gerente del Área de Salud de Menorca y máximo responsable del hospital insular, Romà Julià, y para la directora médica, Tamara Contreras, se han sucedido entre los asistentes, que un día más han marchado hasta las puertas de la UCI portando pancartas en defensa de Fernández-Cid y contra los que consideran responsables de su cese.
A favor del cese
Por otra parte, tras días de silencio, han surgido las primeras voces públicas dentro del equipo médico de la UCI que defienden ese cambio al frente del servicio. Es el caso de las médicos intensivistas Susana Sánchez y Mª Ángeles González, dos de las cinco que componen el equipo que hasta ahora ha liderado Fernéndez-Cid.
Sánchez se posiciona a favor del cese de Fernández-Cid y asegura que el cese del jefe de la UCI vino motivado por una encuesta de clima laboral en el departamento que ha dado unos resultados «muy deficientes» en la relación entre los médicos del servicio. Esta, según ha revelado no solo muestra un problema de comunicación, sino también en exceso de jornada laboral, falta de formación en los últimos años, una demanda de sesiones clínicas, de reuniones, que no se estaban haciendo, y el poco peso que se da en las decisiones al equipo médico.
Considera que el «el cambio sí puede ser necesario» porque «a veces la renovación es buena cuando una persona lleva mucho tiempo en el cargo, y acaba permitiendo pocas críticas y siendo más una autocracia que una toma conjunta de decisiones». Asegura que esta situación se lleva viviendo desde muchos años y que se han adquirido una serie de «inercias y vicios que es bueno parar».
Asimismo lamenta que el doctor Fernández-Cid esté agradeciendo por redes sociales muestras de apoyo que no se quedan ahí y que insultan y rozan la amenaza tanto al gerente como a la directora médica. Esta actitud confirma a Sánchez en su postura a favor del polémico cese.