El Consell insular ya tiene planes para aplicar el artículo 57 del nuevo Plan Territorial Insular, que permite el uso de terrenos rústicos para ampliar aquellas zonas turísticas que sean declaradas saturadas respondiendo a criterios de interés general. El plan de reconversión de zonas turísticas que el departamento de Ordenación Turística del Consell ha elevado al Govern para optar a recibir 13,8 millones de los fondos de recuperación de la Unión Europea apunta a una inversión de más de 1,6 millones en la mejora y la creación de zonas de aparcamiento en 15 urbanizaciones turísticas. En cuatro de ellas, todas en la costa de Sant Lluís, está previsto que estos nuevos espacios de estacionamiento sean ganados al campo.
El anexo del documento de planificación de mejoras de la accesibilidad en zonas turísticas, que opta a lograr entre el diez y el 15 por ciento de los 100 millones que el Gobierno de Pedro Sánchez adelantará de los fondos europeos para la reactivación turística en Balears, especifica que se crearán nuevas zonas de aparcamiento en rústico en Biniancolla, Son Ganxo, S'Algar y Alcalfar. En los dos primeros casos se trata de suelo rústico común, sin una especial protección urbanística. Los dos últimos se asentarán sobre suelo rústico protegido, en concreto sobre Áreas Naturales de Especial Interés (ANEI).
Cabe recordar que el PTI establece que estos crecimientos en rústico en el entorno de las zonas saturadas (toda la costa de Sant Lluís apunta a esta catalogación –así figuraba en el avance de la revisión del PTI–) no están permitidos en Áreas de Alto Nivel de Protección (AANP), Áreas de Interés Paisajístico (AIP) y Áreas Rurales de Interés Paisajístico (ARIP), pero sí que está permitido en las ANEI. También subrayar los condicionantes que establece el articulado del PTI para estos supuestos de crecimiento en rústico.
Condiciones
La nueva normativa territorial establece que estos suelos utilizados deben estar en situación de continuidad con las urbanizaciones y que en los terrenos solo se permite una superficie máxima de ocupación del 0,5 por ciento del total del área considerada como saturada, una superficie que además, a pesar del uso que se defina en los Planes de Rehabilitación Turística, mantendrá la consideración de suelo rústico. También especifica que las actuaciones no pueden implicar «un impacto paisajístico o visual negativo, ni afectación al medio en que se encuentren y con medidas correctoras energéticas, medioambientales, etc. para su implantación».
También hay que recordar que el PTI permite que estos crecimientos sean a iniciativa privada, para la mejora de su oferta turística, extremo criticado por los ecologistas, que temen crecimientos que no respondan a un interés general objetivo. Si más no, el plan territorial especifica claramente que en ningún caso esos crecimientos pueden favorecer un incremento de plazas de alojamiento.
Además de las actuaciones en las cuatro urbanizaciones de Sant Lluís mencionadas, el Consell prevé a través del plan de mejoras en zonas turísticas crear nuevas zonas de aparcamiento en otras nueve urbanizaciones, Torre-solí, Serpentona, Son Xoriguer, Cala Morell, Sol del Este, Platges de Fornells, Sant Tomàs, Binissafúller Rotters y Cala Torret.