Desesperados, preocupados y sin futuro. Así describen los restauradores la realidad del sector después de que este miércoles se decretara el nivel 4 para Menorca y con él, el cierre de los interiores de los locales.
El presidente de la Asociación de Hostelería y Restauración de CAEB, José Bosch, indica que tras el anuncio se produjo una reacción en cadena de restauradores que le informaron de su decisión de cerrar sus locales por una situación insostenible y «muchos no saben si podrán volver a abrir». Recuerda que un porcentaje muy elevado de restauradores está facturando un 70 por ciento menos que el ejercicio pasado cuando «los cálculos son que se necesita al menos el 60 por ciento de los ingresos para cubrir gastos, la situación ya está al límite, y ahora esto será la estocada final», alerta, porque cerrar los interiores condena las comidas. Insiste que el número de trabajadores contagiados en el ámbito laboral «son poquísimos» cuando la hostelería es un lugar donde «se hace ocio en un entorno controlado». Pide reducción de aforos en interiores antes que cerrar y planes individualizados ya que los valientes que permanecen abiertos en estos momentos son pocos en Menorca. «Déjenles trabajar», exclama, «porque hay gastos a los que hay que hacer frente y muchos ya han echado mano a sus ahorros».
Por su parte, Antoni Sansaloni, presidente de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes adscrita a PIME, resumía la situación en una frase: «Ya podemos cerrar, con estas temperaturas ¿quién va a sentarse fuera?». Coincidía con Bosch en que «a la mayoría de locales pequeños les sale más a cuenta cerrar, no se mantendrán abiertos para servir una mesa». Reclama ayudas. «Somos el único gremio al que cierran sin recibir nada y los gastos son fijos, nadie nos exime de pagarlos». E indica que «no estamos en contra de las medidas si la situación sanitaria lo requiere, pero deben ir acompañadas de bonificaciones, que nos ayuden con los gastos fijos de agua, luz o basuras».
Mi pareja tuvo que dejar el trabajo porque no le dejaban teletrabajar y tenía que irse a Barcelona, y como es asmático prefirió dejar el trabajo a arriesgarse a contagiarse allí, lleva toda su vida trabajando y ni siquiera puede cogerse el paro. Menos llorar los de la hostelería.