La crisis sanitaria de la covid-19 ha tenido efectos demoledores sobre el sector turístico, reduciendo drásticamente –más de un 70 por ciento– la llegada de visitantes a Menorca, pero también modificando el perfil medio y el comportamiento de los pocos turistas que se han animado a salir de vacaciones a un destino insular en plena pandemia mundial. El Institut d'Estadística de Balears (Ibestat) publicó el balance del año 2020 de la encuesta Egatur de gasto turístico, con lo que se cierra el paquete de indicadores estadísticos que permite describir a modo de aproximación el perfil del veraneante medio que visitó Menorca en el año de la pandemia, el turista de la era covid.
Español que se aloja fuera de establecimientos hoteleros, que alarga su estancia en el destino mucho más de lo habitual y que gasta menos, ya sea por prudencia ante la incertidumbre económica del momento o porque no encuentra tanta oferta comercial. Ese podría ser a grandes trazos el retrato robot basado en los distintos indicadores que ofrecen los datos recabados por los organismos públicos en el año turístico más extraño de la historia, un 2020 plagado de anomalías estadísticas que son un fiel reflejo del vuelco vital que ha vivido la sociedad global.
Si en un ejercicio normal el turismo extranjero es mayoritario al cabo del año –en el año 2019 supuso más del 60 por ciento de los visitantes–, en 2020 solo el 22,7 por ciento de los turistas han llegado desde más allá de las fronteras españolas. De las 425.698 llegadas de turistas registradas por la encuesta Frontur, 328.000 han sido de españoles. Lo mismo ocurre con el alojamiento. En el último año antes de la pandemia el 58,6 por ciento de los turistas se alojaban en alguna de las tipologías de establecimiento hotelero. En 2020 ese porcentaje ha caído al 40,1 por ciento. Los turistas que han llegado han apostado por la oferta de alquiler turístico, las segundas residencias o el alojamiento en casa de familiares o amigos, especialmente en el caso de los visitantes llegados del resto de España.
Ese turista nacional que ha decidido llegar a la Isla y alojarse fuera de hoteles se ha quedado bastante más tiempo del que es habitual. La idea de Menorca como un territorio refugio atrajo a un buen número de visitantes que alargaron su permanencia en el destino. Las estadísticas de estancia media lo reflejan claramente. En 2019 la estancia media de los turistas se situaba en siete días justos, en 2020 se ha elevado a nueve, el mayor incremento en un solo año que se haya registrado nunca.
Se han quedado más tiempo y por ende han gastado más durante su estancia. En 2019 el gasto medio por persona fue, en el caso de los españoles, de 654 euros y un año después de 700,42 euros, un incremento del siete por ciento. Sin embargo, ese aumento no debe llevar a engaño ya que el gasto medio por persona y día muestra un descenso significativo. En el año 2019 cada turista nacional gastaba al día 94,1 euros, mientras que en 2020 ese montante se ha quedado en 77,4 euros, casi un 18 por ciento menos.