El Ministerio de Fomento lleva ya tres estudios técnicos sobre la bonificación a los residentes insulares del 75 % del precio de los billetes de avión. El departamento de José Luis Ábalos asegura que no asume las conclusiones y que no existe una agenda oculta para aplicarlas y reducir las ayudas, pero no niega la preocupación por el coste público de las mismas, que el primer año de la nueva subvención, aplicada a partir del 16 de julio de 2018, pasó de 433 millones de euros a 765.
El tercer informe lo han elaborado tres economistas, uno de ellos el menorquín Juan Santaló, catedrático del IE Business School, quien califica de «barbaridad» el elevado coste público de las bonificaciones, sin cuestionar que Menorca precisa de ellas en las comunicaciones aéreas. Los otros dos autores del estudio técnico son Juan José Ganuza, catedrático de la «Pompeu Fabra» y Diego Peñarrubia, profesor de la Universidad de Murcia. Han analizado los datos relativos a los residentes en las comunicaciones aéreas de las islas con la Península y en los vuelos interinsulares.
Los otros dos estudios que analizan el coste público y posibles alternativas son los ya conocidos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) y de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Suben los precios un 25 %
El procesamiento de los datos permite comprobar que un año después de la aplicación de la bonificación del 75 % respecto a un año antes el incremento medio de los precios es de un 25 por ciento.
Este dato se desglosa por rutas. La de Barcelona-Maó tuvo una subida del 27,43 por ciento. Otras la superan ampliamente, como la de Madrid-Palma, que es del 39,97 por ciento.
El estudio presta especial atención a las cuatro principales rutas que enlazan las capitales de Balears y Canarias con la Península. Sobre la mesa una cuestión importante. Estas rutas cuentan con compañías aéreas que compiten entre ellas y dispondrían de precios competitivos sin necesidad de aplicar subvenciones públicas. Juan Santaló opina que este hecho puede perjudicar a las islas menores, como Menorca, si se planteara aplicar una reducción de los costes de las subvenciones, porque en el caso de nuestra isla la intervención pública está más que justificada. Aplicar descuentos distintos en cada ruta es un aspecto que no se ha afrontado
La subida de precios no permite concluir que representa una mejora de la rentabilidad de las compañías aéreas. Al menos, el estudio ‘Pompeu Fabra' no entra en esta cuestión. Hay otros factores que inciden en la subida. En la media general afectarían aspectos como los cambios en las rutas de Ryanair en Canarias y el incremento del coste del combustible. En el caso de Menorca con Barcelona, el monopolio de Vueling durante la mayor parte del año puede ser un factor explicativo.
Otras conclusiones
El estudio de los tres economistas de la ‘Pompeu Fabra' plantea otras conclusiones interesantes. Una de ellas es que el incremento del descuento no ha propiciado la llegada de nuevos operadores.
En la subida de los precios se constata que ha sido superior en las rutas con la Peninsular que en las intrerinsulares. En parte se explica porque la mejora del descuento se anticipó un año en estas últimas, pero también porque la mayoría de conexiones entre islas cuentan con una Obligación de Servicio Público, que restringe el margen para el incremento del precio de los billetes.
Otro aspecto es que se ha reducido la oferta de billetes más económicos. Se concluye que «cuanto mayor es la bonificación menor es la elasticidad de la demanda» y con empresas que tienen «poder de mercado» ello se traduce en mayores precios. Además, se suman dos efectos colaterales y un resultado: suben los precios, se incrementa la demanda de residentes y al final se reduce el número de pasajeros no residentes. De alguna forma, el sistema, cuando la oferta de plazas no crece de forma proporcional, se expulsa o desmotiva a los no residentes de viajar a las islas.
Otros dos detalles interesantes del estudio: los billetes son más caros los domingos, porque existe más demanda y menos oferta. Y son más caros los billetes con la ida desde la península.