Todos los residentes de los geriátricos de la Isla que la han solicitado han recibido la vacuna contra la covid-19. La inoculación del fármaco y las medidas preventivas inciden de lleno en la ausencia de nuevos contagios. El pasado 25 de enero recibió el alta el último caso activo, un residente en el centro geriátrico de Maó. «La situación se va normalizando poco a poco», explica la consellera de Bienestar Social, Bàrbara Torrent.
Desde hace dos semanas los residentes pueden volver a salir a pasear solos o acompañados por sus familiares después del segundo cierre desde que estallara la pandemia. En el exterior deben seguir las mismas normas que el resto de la población, es decir, no pueden superar los grupos de 6 personas, entre otras medidas.
A su regreso al centro a los residentes se les toma la temperatura antes de acceder a las zonas comunes y a sus habitaciones.
Las visitas siguen restablecidas igualmente, pero se mantienen las mismas normas de una visita por residente al día, con una duración máxima de una hora, y con cita previa. A los visitantes también se les toma la temperatura y se les facilita una mascarilla.