La liturgia de la Semana Santa ha continuado esta jornada, Jueves Santo, con la conmemoración de la última cena de Jesús en la Catedral de Menorca, después de la Misa Crismal en la que fueron bendecidos los santos óleos para los catecúmenos y la unción de los enfermos; y los presbíteros de la Diócesis renovaron sus promesas sacerdotales.
Con el Jueves Santo, denominado "Día del amor fraterno", finaliza la Cuaresma y empieza el Triduo Pascual que culminará el Domingo de Pascua de Resurrección después del Viernes Santo -dedicado a la muerte y entierro de Jesús- y la vigilia del Sábado Santo.
Durante esta jornada la Iglesia católica conmemora la institución de la Eucaristía en la última cena y el lavatorio de los pies realizado por Jesús a los doce apóstoles.
Las parroquias de Menorca han celebrado la liturgia del Jueves Santo aplicando las restricciones en vigor para evitar la propagación de la pandemia, lo que implica un cincuenta por ciento del aforo de los templos. En la Catedral de Menorca el obispo Francesc Conesa ha presidido la Eucaristía.
En la homilía, el pastor de la Diócesis ha afirmado que “toda la vida y muerte de Jesús se realizó por nosotros, para nuestra salvación. Nosotros no podemos hacer otra cosa que imitar al maestro. Si de verdad queremos ser discípulos suyos, tendremos que vivir y acoger este mandamiento nuevo: que os améis unos a otros”.
“Estos significa -subraya Conesa Ferrer- que hemos de hacer de nuestra vida un servicio. Como el maestro, tendremos que acercanos muchas veces a lavar los pies de los hombres y mujeres de nuestro tiempo para aligerar sus penas y curar sus heridas”
El obispo ha señalado que “este mandamiento nuevo nos pide también vivir amando a todos, incluso a los enemigos, como nos pidió Jesús. No podemos permitirnos celos, envidias, insultos, intolerancia o rechazo. Todo esto pertenece a la mentalidad del mundo, pero el discípulo sólo puede vivir en la acogida, la comprensión y el perdón. Amaos os unos a otros. Este es el mandamiento que está por encima de todos los demás y que ilumina los otros. Tiene razón San Agustín cuando dice ama y haz lo que quieras”.
El prelado se ha referido a la emergencia sanitaria, social y económica que provoca la covid: “el contexto de la pandemia que vivimos -ha dicho- nos hacer pensar no sólo en los que han padecido la enfermedad, sino también en tantas personas que están sufriendo las consecuencias económicas de esta crisis sanitaria”.
“A todos debe llegar nuestra solidaridad, para que sepan que queremos vivir el mandamiento que hoy nos dejó nuestro Señor. En este día recordamos y agradecemos, de manera especial, toda la labor que hace Cáritas para el servicio de los más necesitados”, ha afirmado Francesc Conesa.
Se omite el lavatorio de pies
Las medidas ordenadas por las autoridades sanitarias han implicado la supresión del lavatorio de los pies, aún cuando en el presbiterio se ha permitido la presencia de los apóstoles con carácter simbólico.
Viernes Santo
Los oficios de Semana Santa continuarán el Viernes Santo, en el que se conmemora la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret. La Iglesia Católica ordena a los fieles guardar ayuno y abstinencia como penitencia.
Este día no se celebra la Eucaristía, como el Sábado Santo. En su lugar, tiene lugar la "Liturgia de la Pasión del Señor". Sacerdotes y diáconos visten ornamentos rojos, en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz. Los obispos participan en esta celebración sin báculo y despojados de su anillo pastoral.
Procesiones suspendidas
Las limitaciones en vigor por la pandemia del coronavirus han suspendido los actos y expresiones de piedad y religiosidad popular fuera de los templos. Este año, como ha ocurrió en la Semana Santa del 2020, no se celebrarán las procesiones, tal como ha comunicado el Obispado de Menorca a las cofradías y hermandades de la Isla.