Cuatro importantes calles del centro de Maó pasarán a ser de acceso restringido a residentes, comercios y servicios una vez finalicen las obras que están en marcha en estos momentos. En concreto, dejarán de ser de libre acceso para los automóviles la parte de la Explanada por la que se accede al centro, el tramo inicial de Ses Moreres, Sant Jordi y Bastió.
La medida se aplicará en cuanto finalicen las obras. El control de acceso de los vehículos autorizados se realizará mediante cámaras de vigilancia. El alcalde Héctor Pons y el concejal Manolo Lora han explicado la mañana de este jueves que el objetivo de la medida es pacificar el casco histórico para lograr una ciudad más amable con el peatón.
Se estima que unos 1.500 residentes podrán circular por esta zona, los que residen, más o menos, entre la Explanada y la calle Isabel II. El Consistorio reforzará la información, sobre todo con señales, para evitar confusiones y que los no residentes intenten entrar en la zona restringida.