El embajador de Reino Unido en España, Hugh Elliot, viajó este viernes por primera vez a Menorca en un momento muy delicado, menos de dos días después de que el Gobierno de Boris Johnson haya devuelto a Balears a la lista ámbar de destinos y cuando el repunte de casos que se está viviendo en la Isla ha encendido los temores de que la próxima revisión del semáforo británico coloree de rojo un destino especialmente dependiente de este mercado. Entre su agenda de encuentros estaba la visita pendiente que tenía al Consell, donde se reunió entre otros con la presidenta del Consell insular, Susana Mora. El mensaje fue tranquilizador.
Según relató la propia presidenta del Consell (los medios no fueron convocados), el embajador destacó la poca incidencia que tiene para el sector turístico insular haber pasado a ser destino ámbar. No en vano cuando sea efectivo ese cambio entrará en vigor el levantamiento de la cuarentena al regreso de esos destinos para los vacunados. Recordó el rápido ritmo de vacunación de Reino Unido y destacó que el perfil de turista de Menorca es precisamente el que se encuentra más inmunizado, además de que los menores acompañados también estarán exentos, favoreciendo así el turismo familiar, mayoritario en la Isla.
Por otra parte, aunque siempre muy pendiente de que se den todas las garantías de seguridad sanitaria, calmó los miedos –alimentados por las previsiones de expertos turísticos de las Islas Británicas– de que Menorca, de largo la que está sufriendo la mayor incidencia, pase a ser destino rojo. Elliot trasladó que no se está teniendo en cuenta la situación de Menorca, sino la de toda Balears, donde la incidencia es menor que en el conjunto de España. No parece que por el momento haya decaído el interés de los británicos por viajar a Menorca, aunque esté en ámbar, y la oferta de vuelos para este verano se mantiene.