El Ayuntamiento de Maó empezó a aplicar este domingo los cambios circulatorios al casco urbano, con la prohibición de acceso para no residentes a las nuevas zonas semipeatonales de la Plaça Esplanada y las calles Ses Moreres, Sa Lluna, Sant Jordi y Bastió. Se escogió una jornada dominical –a petición de la Policía Local– precisamente por la poca afluencia que se registra el centro en jornadas festivas y la medida entró en funcionamiento a medio gas, sin que las tres cámaras que deben controlar la entrada de vehículos autorizados estén todavía instaladas y con controles policiales esporádicos para informar a los conductores. Todavía no se imponen sanciones en una fase en que los responsables municipales quieren hacer pedagogía.
En los largos tramos de la mañana en que no había agentes de policía que controlaran los accesos, un buen número de vehículos –la gran mayoría coches de alquiler– hicieron caso omiso de los abundantes carteles que señalan las vías restringidas y se adentraron sin ninguna consecuencia en las zonas semipeatonales reservadas para los vecinos –muchos de ellos ya han recibido notificación de autorización para entrar por cualquiera de los tres puntos de acceso–, comerciantes, transportistas y otras excepciones.
El alcalde de la ciudad, Héctor Pons, explicaba ayer que «el objetivo no es multar, ese es el último recurso, lo que queremos es hacer pedagogía» y en ese sentido defendió las diferencias con la cámara que durante el mandato del PP se instaló en el Cós de Gràcia: «Nosotros dijimos que no estábamos en contra del sistema, sino de la forma de gestión», una empresa privada que se llevaba el 50 por ciento de las multas). «Ahora las gestionaremos nosotros».
Habrá que esperar a un día de mayor tráfico en el centro de Maó –los nublados son propicios– para calibrar el efecto de la medida en el objetivo de pacificar vías que soportaban una gran carga de tráfico. Desde el Consistorio crearán un espacio web en el que atender casos excepcionales que, siempre debidamente justificados, puedan ser objeto de autorizaciones puntuales.
Muy buena noticia. Ahora falta multar a las motos que producen tantisimo ruido. La contaminacion acustica es una nota negativa en Menorca.