«Es indignante y vergonzoso», explica una mujer que reside frente al Aparthotel Sa Mirada, del Arenal d'en Castell (Es Mercadal), el hotel covid contratado por la Conselleria de Salud del Govern donde la semana pasada estaban alojadas más de un centenar de personas que precisan aislamiento por haber contraído el virus o ser contacto estrecho de algún caso positivo.
El pasado sábado, de madrugada, fue necesaria la intervención de la Policía Local de Es Mercadal para abortar una fiesta que habían montado un grupo de jóvenes confinados en algunos de los apartamentos de este establecimiento.
Había varios inmuebles iluminados, «llenos de gente que estaban saltando, bebiendo y gritando, y claro está, molestando a todo el vecindario hasta que llegó la Policía», relata la mujer, natural de Maó, pero que reside los fines de semana en un inmueble de esta misma calle, delante del Aparthotel Sa Mirada.
Los apartamentos donde tenía lugar el jolgorio daban a la parte trasera del complejo, frente a un descampado, pero el ruido, los gritos y la música se escuchaban en la calle, explican otros vecinos.
Media hora más tarde «aparecieron tres coches de la Policía Local, con seis agentes y linternas todos ellos», relata la mujer. «Entonces enfocaron a los jóvenes que estaban en los apartamentos de la primera planta y estos empezaron a bajar a los suyos». La misma vecina relata que al día siguiente vio a algunos de ellos desde la calle «les miré y les dije que ya estaba bien, que su comportamiento era una vergüenza, que están confinados y que se lo estamos pagando todo a cuerpo de rey para que encima monten fiestas y molesten a la gente».
Según los vecinos, algunos de los confinados el año pasado «cogían la toalla y se iban a la playa, porque se les veía salir». Estas fuentes también han indicado que aprovechan cuando el vigilante de seguridad del hotel está en otro lugar para salir por el entorno del complejo.