La temporada turística conlleva para muchas familias una situación de fragilidad laboral, según informa Caritas. Una importante cantidad de personas que en estos momentos acuden a la entidad diocesana para proveerse de alimentos «no han podido remontar la situación a pesar de haber conseguido un contrato este verano». Esto es así porque estas familias agotan sus recursos disponibles haciendo frente a obligaciones como el arrendamiento de su vivienda o el pago de los distintos suministros.
Ahora mismo Caritas está proporcionando alimentos a 250 familias (119 solo en Ciutadella), lo que supone 596 personas. Son cifras notablemente más bajas que las 462 familias y 1.092 personas de febrero, cuando se alcanzó el punto más crítico. En un comunicado, la entidad diocesana expone que «muchas familias no han tenido ningún ingreso durante muchos meses» ante lo cual «un contrato laboral o un trabajo desprotegido de unos pocos meses no mejora su situación, ni les cubrirá sus necesidades durante el resto del año».
Por este motivo, desde Caritas «nos preparamos para unos meses inciertos y complicados durante el próximo invierno, en el que nuestra principal tarea es continuar atendiendo a las familias que lo necesitan». Advierte que la finalización de la actividad turística «convertirá la situación de muchas familias en insostenible», un contexto en el que el banco de alimentos de Caritas «continúa siendo un salvavidas para muchas de ellas».
Solidaridad
Ante la insuficiencia de los suministros que aporta la Unión Europea, Caritas solicita a la sociedad menorquina que no decaiga la solidaridad que permite adquirir los productos que son necesarios para que ninguna persona se quede sin un plato en la mesa.