El Hospital Mateu Orfila ha puesto en marcha esta semana un nuevo sistema de organización de las citas en las consultas externas. Se trata de dos máquinas expendedoras de turno para las visitas a médicos especialistas, que han sido instaladas en la sala de entrada del centro hospitalario y que funcionan de momento en una fase de pruebas. Este sistema de gestión inteligente de los turnos busca agilizar la atención en las consultas externas y reducir colas y esperas en las salas.
Los pacientes que estos días hayan acudido al especialista habrán tenido que validar su cita y recoger su turno mediante el uso de la tarjeta sanitaria en dichas máquinas o escaneando el código de barras que aparece en el volante de su citación. Es preferible acudir a la consulta con la tarjeta sanitaria en vigor pero si se olvidan de ella y del volante, también pueden teclear los dígitos de su DNI o NIE en la máquina expendedora para obtener el turno. El personal sanitario ya no sale a las salas de espera a llamar por su nombre al paciente que tiene hora con el médico, este es un paso que queda atrás, sino que como sucede en otros servicios, el usuario deberá estar atento a que su código, en el que se indica la sala y el número de turno, salga en los monitores instalados y en ese momento entrar en la consulta y ser atendido.
De momento en estos días de prueba hay personal de apoyo que ayuda a los pacientes que llegan al centro a utilizar las máquinas y obtener el tique. Al introducirse la información del paciente en las máquinas el sistema avisa a los sanitarios de que el usuario citado ya está en espera. La implantación de este sistema de turnos y avisos, que ya funciona con éxito en otros hospitales, permite agilizar la atención y el usuario puede en todo momento saber cuántas personas tiene delante y calcular así el tiempo de espera.
El sistema funciona perfectamente. Es aséptico y no falla. El único problema es que deshumaniza, como tantas otras modernidades. Pone dificultades a gente mayor, te cosifica (ringgg, que pase el SWTRR). No me parecía tan mal que me llamaran por mi nombre. Y todo ese dinero podría usarse para dar otro tipo de beneficios a la sociedad.