Incivismo, molestias, consumo de alcohol, insultos e intimidaciones. Así describen los vecinos de la Esplanada de Maó las situaciones con las que tienen que lidiar a diario a raíz de que un grupo de personas «conflictivas» se haya instalado en los últimos meses entre la Esplanada y la calle Rovellada de Dalt. Por ello, han enviado una carta al alcalde de la localidad (registrada el 11 de enero) en la que exponen el conflicto y piden más presencia de la Policía Local para que disminuyan este tipo de actos que les generan inseguridad.
El vecindario afirma que el grupo en cuestión se instala de 8 a 20 horas y sus integrantes «se pasan el día bebiendo alcohol y fumando porros». A partir del atarceder, explican, «es cuando el alcohol ingerido hace efecto y responden a cualquier indicación» con insultos. «Intentamos pasar lejos para que no nos digan nada - relata un vecino-, pero alguna vez se sientan en el portal de mi domicilio obstruyendo el paso. Un día mi mujer les pidió que la dejaran pasar y la insultaron. Acabamos llamando a la Policía local, y ya van dos veces». Cuentan también que la percepción de inseguridad ha provocado que los niños dejen de ir solos por la calle, cuando antes era lo habitual.
En los fines de semana se juntan más personas siendo hasta diez individuos y se producen, según los testigos, más episodios violentos, también entre los propios integrantes del grupo.
Mala imagen
Escenas como las que relatan y episodios como los del fin de semana pasado, en la que se ocurrieron sucesivas peleas, dan mala imagen. «La Esplanada tiene cada vez peor fama. Nos están haciendo polvo», lamenta un propietario del bar de la zona, quien asegura que la terraza de su local, donde se asentan, es escenario habitual de restos de basura y colillas. Todo esto se suma a la complicada coyuntura económica por la que pasan este tipo de negocios como consecuencia de las restriciones por la covid y las políticas del Consistorio que, denuncian, favorecen la zona del centro dejando fuera de la dinamización comercial la Esplanada. «Nos dejan aislados», declaran. Creen también que la presencia de estas «personas conflictivas» no es compatible con la afluencia de niños en el parque.
Además de pedir más presencia policial en la Esplanada para no llegar a una «posible alarma social», en la carta dirigida al Ayuntamiento los vecinos y empresarios se ponen a su disposición para colaborar en resolver el problema de convivencia.
El apunte
María José Camps: «Nada indica que tengamos que poner más policía»
Conscientes de que el comportamiento intimidatorio del grupo no es perseguible delicitivamente, los vecinos de la Esplanada sí creen que la Policía municipal podría actuar porque se consume alcohol en la vía pública. «Con su sola presencia pueden normalizar la situación», declaran. Sin embargo, desde el Consistorio no ven motivos para incrementar el patrullaje en la plaza.
Maria José Camps, segunda teniente de alcaldía del Ayuntamiento de Maó, asegura: «No hay ninguna circunstacia objetiva que nos diga que tengamos que reforzar la vigilancia policial». Y añade que la «percepción de inseguridad de los vecinos se queda en una percepción. Los hechos constatados muestran que este tipo de situaciones no se producen cada semana, ni mucho menos».
Camps defiende por tanto que la Policía ya hace «su servicio donde se considera más necesaria su atención».
La concejal relata que el refuerzo se activa en caso de que haya alguna situación excepcional. Mientras, los municipales patrullan en coche, moto, bicicleta o a pie por todos los barrios, según las circunstancias que se den.