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Malas hierbas que nunca mueren en el polígono de Maó

La cuarta fase del área industrial de la población muestra dejadez en labores de mantenimiento

La maleza está reduciendo el espacio para el peatón | Manolo Barro

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Los polígonos son cada vez más comerciales y empresariales y menos industriales. Supermercados, empresas de alquiler de coches, tiendas de muebles e iluminación y establecimientos de material deportivo consiguen que una zona apartada del centro neurálgico de la ciudad concentre gran actividad no solo en días laborables sino también en fines de semana. Residentes y turistas frecuentan estas áreas para resolver sus quehaceres de forma rápida. Sin paseos. Y puede que esta celeridad en las tareas diarias no permita observar el estado de mantenimiento y el nivel de incivismo de algunos ciudadanos. Pasen y vean.     

El polígono IV Fase de Maó se inauguró en 2007. Quedan aún por edificar un centenar de parcelas. Y las que no han sido valladas se han convertido en miel para el incivismo con la proliferación de vertederos incontrolados. Esta zona del polígono es, además fachada industrial de la carretera general y en estos momentos no muestra su mejor cara a pesar del trajín diario que concentra.

La maleza ha tomado el protagonismo y en algunos puntos imposibilita cruzar un paso de peatones o se ha comido toda la franja de aparcamientos. Las malas hierbas crecen y se reproducen a la espera de una actuación de desbroce que devuelva el mejor aspecto al polígono. La última acción municipal en este sentido se ejecutó en octubre de 2020 a petición de la Asociación de Empresarios del Polígono Industrial de Maó IV Fase, adherida a PIME. El Ayuntamiento de Maó anuncia que hay partida presupuestaria reservada para repetir el desbroce y posiblemente se ejecute en febrero.

El presidente de la asociación Poima IV Fase, Marcelino Pons, calcula, además, que faltan por colocar más de cincuenta señales de circulación que, tras caerse, han sido retiradas pero no han sido repuestas. Ejemplo de ello es una de las mini-rotondas de la Avinguda Europa y que, de las seis señales que debería disponer, solo se mantiene una en pie y en vías de desaparecer.

Pons lamenta también que la calle Àustria permanezca sin iluminación. Recuerda que se han ido haciendo acciones de mejora en cuanto a alumbrado, pero aún no las suficientes. Y cree que esta imagen «de dejadez y abandono» de las zonas públicas no se produciría si se hicieran labores de mantenimiento cada tres meses. «Es una lástima porque es un polígono relativamente nuevo, y sería fácil y económico mantenerlo, ahora la inversión que se haga tendrá que ser mucho mayor».

El alcalde de Maó, Héctor Pons, indica que el Ayuntamiento es «consciente» que el crecimiento del polígono ha hecho que «los servicios actuales sean insuficientes para atender la demanda y las necesidades». No obstante, considera que «debe ser un proyecto común y mientras que el Ayuntamiento debe mejorar y reforzar acciones, no debemos perder de vista que debe haber implicación de todos; si no, no será factible».     

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