«La mascarilla ha sido el principal instrumento para la prevención, sobre todo en interiores y cuando hay concentraciones, suprimirla es el último paso, pero sería bueno que no pasáramos a cero sino mantener la costumbre de usarla cuando se tiene cualquier síntoma respiratorio para no contagiar a los demás», opina el epidemiólogo Maties Torrent en torno al debate de eliminar esta restricción.
El médico recuerda que antes de la pandemia era común seguir con la vida cotidiana, trabajo, escuela, ocio o cualquier otra actividad, con catarros y síntomas gripales sin ningún tipo de protección, «y se contagiaba a otras personas», incluso en situación vulnerable, por ello cree que «sería bueno que la mascarilla se quedara en determinadas condiciones para evitar la circulación de los virus». Los niños, añade, no requieren un tratamiento distinto a los demás, «me parece bien, ya han empezado los cambios en los colegios, pero estos deben ser progresivos», puntualiza.
En cuanto a si se ha terminado ya la pandemia, ahora que la sexta ola se da por doblegada, ningún experto se atreve a vaticinar el final definitivo y Torrent no es una excepción. Considera que podrían seguir presentándose oleadas de contagios pero no tan fuertes como las sufridas en estos dos años de crisis sanitaria y apunta a que se debe prestar especial atención a posibles mutaciones del coronavirus, que puedan escapar a la protección de las vacunas.
Sobre los cambios en la vigilancia epidemiológica, cree que será suficiente con los dos informes semanales que se emitirán a partir de ahora, como ha anunciado el Ministerio de Sanidad, «en la situación en la que estamos no hacen falta datos diarios, semanalmente es suficiente» y sobre una red centinela como la de la gripe recuerda que, a diferencia de esta, la covid-19 no es estacional. «El sistema de monitorización no será ya tan exhaustivo, pero aún está por definir», afirma, «podría ser como la red centinela con variaciones».