El sector primario, la ganadería en particular, ha agregado la escalada de precios energéticos y el impacto que llega a través de la carestía de suministros a los problemas estructurales que arrastra desde hace tiempo. Es el segmento más vulnerable a las consecuencias de la guerra de Putin.
Así se expuso este jueves por la tarde en la reunión de organizaciones agrarias y pesqueras celebrada en Palma con la presidenta del Govern, Francina Armengol, y la consellera del ramo, Mae de la Concha. Las medidas se fían ahora a las decisiones que tome el Consejo de Ministros del día 29 y, en particular, en la rebaja del impuesto a los combustibles, al menos en el gasoil, que es el más utilizado por los tractores y las embarcaciones.
Por parte de Agrame, que participó a través de videoconferencia, «hemos planteado que se abra una línea de créditos a bajo interés», señala su presidente Luis Nadal, quien admite que las instituciones son conscientes del momento crítico que atraviesa la ganadería. «La subida de precios provoca una espiral incontrolable y la incertidumbre sobre la suficiencia de los suministros no hace más que agravar la situación. Pero medidas hasta ahora no se ha tomado ninguna», agrega.
La de este jueves no era una reunión ejecutiva de toma de decisiones sino de escuchar propuestas y ponerlas en común, explica la consellera De la Concha, «para tener un diagnóstico detallado de todos los subsectores». Esta expuso que el ministro de Agricultura, Luis Planas, viaja el lunes a Bruselas con las propuestas recogidas de los responsables del ramo de las distintas comunidades.
También la presidenta Armengol trasladó a los representantes del sector primario los resultados de la reunión celebrada en La Palma con el resto de presidentes autonómicos y Pedro Sánchez.
Producto local
A falta de las medidas que salgan del Consejo de Ministros y consciente de que hay algunas que pueden ser transversales en el tiempo, Mae de la Concha, apela al consumo de producto local, «es un apoyo al sector primario que está en nuestras manos, todos deberíamos comprarlo. Muchos de los productores están cobrando por debajo del coste de producción», declara.
Por ello, añade, cada vez es más importante la soberanía alimentaria y eneregética.