Cuatro banderas españolas y un centenar de personas permitieron este martes a Vox en la plaza Bastió, de Maó, reivindicar su presencia en la política nacional, con un marcado discurso populista, justo el día en el que el partido ultraconservador pisaba moqueta por primera vez en un gobierno autonómico, el de Castilla y León.
Quizás fue ese el acicate que estimuló al coordinador de la formación en la Isla, Antoni Camps, y al presidente balear, Jorge Campos, para preparar con elogios el discurso del secretario general de la formación, Javier Ortega Smith, estrella del mitin. Su presencia en Menorca con motivo de la inauguración de la nueva sede del partido, en Maó, ejerció el peso esperado, a decir de algunos simpatizantes y afiliados, a la vista del resultado del encuentro en pleno centro de la ciudad.
Smith lució oratoria con un tono elevado de voz para recordar los motivos del origen del partido «contra quienes han hecho de la política una profesión de vividores». Aseguró que Vox estará más pronto de lo que muchos creen «sentado en el gobierno de España». Dijo que su formación no ha llegado para tener coches oficiales ni montar chiringuitos, «sino para que cada español pueda trabajar y vivir sin miedo a ser asaltado por un delincuente de la inmigración ilegal o de partidos separatistas».
Su única alusión a Menorca fueron los «trapos estrellados que hemos visto en esta calle -en referencia a esteladas independentistas catalanas-, basura ideológica que ni nos impone ni nos preocupa porque no tiene nada que hacer contra las banderas gloriosas de España».
Jorge Campos fue el más lacerante contra el gobierno del Consell y de Balears. Agradeció que el Ayuntamiento no hubiera puesto objeciones a la celebración del mitin y aprovechó la ocasión para recordar que el objetivo es sacar al gobierno que nos está arruinando, igual que el de Armengol «que oculta el escándalo de las menores tuteladas prostituidas al no querer investigar, como también en Menorca se han negado a hacerlo», y se preguntó «qué es lo que ocultan».