El pleno del Ayuntamiento de Es Castell acaba de aprobar, de forma inicial, su Plan de Acción para la Energía y el Clima, un documento que recoge un total de ochenta acciones que persiguen alcanzar los objetivos comunitarios de reducción de emisiones de gases con efecto invernadero.
Según explica el Consistorio, se han diseñado 65 acciones denominadas «de mitigación» mediante las cuales se pretende «modificar tanto el entorno estructural de los edificios como la instauración de nuevos hábitos y formas de transporte».El resto de actuaciones son «de adaptación», una respuesta a «los impactos climáticos que ya están ocurriendo y ocurrirán a causa de la acumulación histórica de gases de efecto invernadero».
Es esperpéntico que unas simples regidoras sin la menor preparación técnica de ninguna clase, miembros de un ayuntamiento minúsculo en extensión y en población de una pequeña isla perdida en medio del Mediteráneo, pierdan su carísimo tiempo (que les pagamos los ciudadanos) en tonterías de esta índole, creyéndose que como son tan progres van a arreglar el problema de la contaminación mundial ellas solas, porque son las más listas y son las que tienen que decirle a sus conciudadanos cómo tienen que vivir y lo que tienen o no tienen que hacer. Estos asuntos ya están suficientemente tratados en su conjunto desde instituciones nacionales e internacionales, a través de comités de expertos en diversos campos relacionados con estos temas, que serán quienes desde sus conocimientos en diferentes materias puedan aconsejar tomar determinadas actuaciones en ese sentido. Aquí pones a un gañán de concejal de pueblo y a los dos días se cree Einstein.