El PP de Es Castell lanzó ayer la voz de alarma sobre los cambios circulatorios que ha ordenado el equipo municipal de gobierno. Auguran que «en los próximos meses de verano nos veremos abocados al caos por falta de aparcamiento y por restricciones horarias selectivas que son muy difíciles de explicar». Los populares consideran que esta reordenación del tráfico «no es ni lógica ni racional» y que se resuelve en un «laberinto» que «vuelve a perjudicar las necesidades de comunicación viaria de muchas familias y las necesidades de carga y descarga de los negocios.
Los populares, que aseguran que estos cambios son «un parche para el error anterior», el alusión al cierre al tráfico de la Explanada, aseguran que derivado de estos cambios «la economía local tiene riesgo de colapsarse este verano». Argumentan esos graves presagios en la insuficiencia de plazas de estacionamiento y la «expulsión de los visitantes del centro», además de denunciar que esta medida está generando «crispación» entre la población y que será también incómodo para los trabajadores que acaban tarde su turno de noche «y han de caminar hasta la periferia».
Lamentan en ese sentido que «antes éramos un pueblo acogedor y nada rígido y ahora parece que nos quieren gobernar a golpe de talonario de multas». Insisten en que este tipo de políticas son «equivocadas y contraproducentes» y lamentan que el gobierno municipal ha hecho oídos sordos a las alternativas que han planteado: «De un solo soplo tumbaron nuestras propuestas, sin considerarlas».
Por todo ello reclaman que se ponga freno a esos cambios y que «rectifiquen ahora que están a tiempo». En el escrito remitido ayer a este diario llegan a afirmar que el gobierno de Es Castell «estaría bien que dejara de hacer el progre y copiar modelos que no encajan y que tienen a todo el pueblo bastante crispado con tanto abuso regulador muy mal calculado».
Es decir, que si quieres ir a cenar a Calas Fonts tendrás que aparcar en Santa Ana, saturando una zona residencial. Pues, Sres concejales, no iremos a cenar a su pueblo. Y que los restauradores del puerto les pidan explicaciones cuando sus mesas queden vacías, aunque ya será tarde para rectificar. Háganlo ahora que aún están a tiempo.