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Maó sospecha de contaminación fecal en el torrente de Sa Mesquida

Que los malos olores persistan este verano hace pensar al ayuntamiento de un nuevo foco de vertidos

Los malos olores que emanan del cauce suponen una molestia para los vecinos y visitantes. | Gemma Andreu

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Residuos y aguas fecales podrían estar detrás de los malos olores y la proliferación de roedores e insectos en el torrente de Sa Mesquida. Así lo ha hecho saber la regidora de medio ambiente del Ayuntamiento de Maó, Conxa Juanola. «El agua del torrente se analizó en el pasado y en él se detectaron restos fecales. Que los fuertes olores persistan, puede significar que hay alguien que sigue vertiendo de manera irregular», afirma Juanola.

El mal olor del torrente de Sa Mesquida es una preocupación frecuente tanto para los vecinos de la zona como para los visitantes, sobre todo, con la llegada del verano. Hasta ahora, la explicación que las instituciones daban era que se trataba de una «cuestión estacional», porque el ambiente estival favorecía la sequía y la acumulación de agua estancada y maloliente en el torrente.

A esta supuesta causa natural se sumaba la acumulación de algas y posidonia en estado de putrefacción, que, además, favorecía el asentamiento de ratas, cucarachas, mosquitos y todo tipo de insectos. Esta situación, que se repite cada año, ha generado malestar y quejas vecinales en las que se ha reclamado una solución.

Ahora, «aparte de esta causa natural, debemos averiguar qué está pasando realmente y quién está virtiendo residuos que no debe en el torrente», asegura Juanola. Sin embargo, el mapa de competencias que divide este espacio natural complica la actuación sobre el mismo, porque las distintas instituciones tienen diferentes potestades para intervenir en el estado del torrente.

Desde la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio del Govern balear declaran que «en lo que respecta a la conservación y mantenimiento de los torrentes, nosotros solamente actuamos para evitar el riesgo de inundación». Su función, detallan, es «desbrozar la vegetación y evacuar el caudal para que, cuando lleguen las lluvias, el agua pase de manera fluida y se eviten peligros». Además, añaden que «combatir los malos olores, eliminar los residuos y poner fin a la existencia de plagas es una competencia municipal».

Por su parte, Juanola aclara que «desde el Ayuntamiento, como administración más cercana, nos sentimos y somos responsables de todo lo que pasa en nuestro municipio» y que, por ello, «debemos averiguar las verdaderas causas de los malos olores y saber quién puede estar vertiendo agua sucia». Además, explica que la tarea pendiente es «determinar quién tiene la competencia y cómo se puede actuar para poner fin a un problema que se repite año tras año y no solo en este torrente, sino en todos los de la Isla».

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