La compraventa de viviendas está alcanzando en 2022 niveles que no se veían en Menorca desde hace 15 años. Lo muestran las estadísticas y lo atestiguan las inmobiliarias y las notarías, donde están recuperando grandes niveles de actividad tras los meses más restrictivos de la pandemia. Hay que remontarse a 2007 para encontrar cifras similares a las de los primeros seis meses del año en curso, en los que se han cerrado operaciones a un ritmo de casi siete diarias, un 71 por ciento más que el año pasado y un 44 por ciento más que en el primer semestre de 2019, un año antes de que la covid-19 hiciera estragos en la economía.
Los datos publicados por el Institut d'Estadística de Balears (Ibestat) son elocuentes al respecto (véase el cuadro adjunto). En la primera mitad de este año se han formalizado 1.251 operaciones de compraventa. En el mismo periodo de 2021 fueron 731 y tras la crisis inmobiliaria de la primera década del siglo, el máximo en un semestre se situaba en el año 2018, con 977. El relanzamiento del mercado se deja notar con fuerza en el sector. Nick Cook, fundador de Home Menorca, una de las seis inmobiliarias que forman el grupo Portal Menorca, explica que «en los primeros seis meses de este año hemos vendido tanto como en todo el año pasado».
También desde Bonnin Sanso, su director comercial, José Pons, da fe de que «el año ha arrancado con mucha fuerza, reafirmando el interés de los inversores en la compra de segundas residencias. Se está vendiendo a precios elevados y muchos compradores no necesitan financiación». Ahí radica uno de los principales cambios en el perfil del comprador en comparación con las postrimerías del ‘boom' inmobiliario. Y las cifras lo dejan claro. En los primeros cinco meses de 2007 –el último año al que permiten remontarse las estadísticas–, con un nivel solo ligeramente superior de operaciones de compraventa del año en curso, se firmaron 1.988 créditos hipotecarios en la Isla. Este año en el periodo comparable han sido solo 577.
«En las adquisiciones actuales hay más operaciones sin financiación porque el perfil del comprador es de mayor poder adquisitivo», explica el notario Enrique Garí, del despacho notarial Garí-García, en Maó, quien da testimonio de que «está habiendo un mayor flujo de operaciones inmobiliarias», con cifras que se asemejan a las de 2007, aunque recuerda que en ese año ya se había notado un descenso en relación al ‘boom' del inicio de siglo. La fuerte reactivación de la economía tras el periodo más restrictivo de la pandemia se hace patente en un mayor nivel de actividad en las notarías y en los registros de la propiedad.
Nick Cook también ha percibido que «estamos financiando poquísimo. A nivel de segunda residencia se está pagando con capital propio», lo que entiende que aporta más garantías de estabilidad en el caso de que se desate una crisis. No obstante, llama la atención sobre una tendencia silenciosa, la de compradores extranjeros que sí acuden a créditos bancarios, pero en sus países de origen y no en España. Señala en ese sentido al comprador francés, el que está tomando el papel protagonista en el mercado inmobiliario menorquín: «Muchos están sacando capital de sus viviendas en Francia».
Menorca, de moda
El mercado de las segundas residencias (o terceras y cuartas) está detrás del ‘boom' que se está registrando en la compraventa de viviendas, lo que está haciendo que aumente el precio de las propiedades de alto nivel. Menorca es una isla cada vez más demandada como refugio tanto de las inversiones, como de las familias más adineradas, y el sector confía en que esa tendencia se mantenga a pesar de las incertidumbres generadas por la inflación y el incremento de los tipos de interés bancario.
«En cuanto a la inversión y las segundas residencias todavía vemos que hay recorrido, no solo están comprando viviendas, sino también negocios», explican desde Bonnin Sanso, mientras que desde Portal Menorca destacan que «la prensa internacional de calidad no para de hablar de Menorca y también se está moviendo el boca a boca, muchos de nuestros clientes son amigos de clientes. Menorca está en una situación privilegiada, su preservación del territorio, su cultura... son cosas que valoran mucho. Como vivimos aquí no se vive en muchos sitios y la gente se está dando cuenta».
Es por ello que en el sector se tiene confianza en que el mercado de compraventa se mantenga en cifras elevadas en el futuro próximo, una inercia positiva que apunta a la estabilidad dado el gran nivel de poder adquisitivo que está entrando en la Isla en los últimos años y que que destacan, también ofrece riqueza y empleo a los residentes: «No les afecta la crisis como a los demás y van a seguir gastando».