En Menorca, este 2022, en solo siete meses y en apenas 13 hectáreas, se echaron a perder, solo en origen, 18 toneladas de verduras. Esta es la cantidad de alimentos que los propios horticultores no lograron comercializar, por motivos varios, y que, por tanto, no se introdujeron en la cadena alimentaria y no llegaron a las familias a través de los canales habituales de comercialización.
Esta cantidad de productos de huerta que se pierden es únicamente una pequeña porción de lo que es realmente. Más aún, sabiendo que, extrapolando los datos que se manejan a nivel mundial, en la Isla se estarían malogrando 12.000 toneladas de alimentos cada año.
Causas
Los motivos que generan tal derroche de hortalizas son variados. «Puede ser por una planificación mejorable de los cultivos; por una política de precios que no compensa los costes de recolección; por la falta de mano de obra para la recolecta; por plagas que enferman las cosechas; por no cumplir los estándares de calidad, que a menudo son injustos; o incluso por causas climáticas, como las que afectaron a productores de Menorca hace unos días».
Enumeraba estas causas la nutricionista Noemí Garcia, quien ha liderado un trabajo de análisis en el que han colaborado el gastrónomo Pep Pelfort y la consultora Anna Pasquina, para obtener información real acerca del excedente alimentario que se desaprovecha en Menorca.
Desde enero se está llevando a cabo un primer muestreo, con la colaboración de diez horticultores, además de varios productores frutícolas que aportarán también sus estimaciones.
Todo esto es en el marco del proyecto «Lucha contra el desaprovechamiento alimenticio, una acción coopera- tivista», impulsado a través de la Associació Leader Illa de Menorca, con fondos Feader, en el marco del Programa de Desarrollo Rural de las Illes Balears que se lleva a cabo durante todo 2022.
Hasta ahora, al hablar de desaprovechamiento de alimentos solo se había puesto el foco en el ámbito de la comercialización, por un lado, y en las propias familias, por otro. Sin embargo, no era habitual fijarse en la cantidad de producto que ni tan solo sale de las fincas productoras.
El trabajo, aún no concluido, ha consistido en recopilar datos semanales o quincenales de la producción malograda, o ni recolectada, por parte de los propios productores. «No es un estudio, pero si una iniciativa inédita, con datos a partir de un muestreo, para poner sobre la mesa todo lo que sucede en este punto del ciclo alimentario», señalaba Garcia, durante la presentación de los datos, en el Mercat des Peix, de Ciutadella.
Desarrollo Sostenible
Este proyecto se enmarca en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, fijados en 2015. Los 193 países firmantes, entre ellos España, se comprometieron a combatir, entre otras cuestiones, la pérdida de alimentos. Y es que se estima que alrededor del 14 por ciento de los alimentos de todo el planeta se echan a perder antes de llegar al comercio minorista, hasta el punto que, al final de toda la cadena, se está derrochando un tercio de la producción mundial, que serían esas 12.000 toneladas solo en Menorca, que se pretenden reducir con iniciativas como esta.
En este sentido, con el Pacto de Milán, en 2017, Menorca cuenta con una estrategia alimentaria, que incluye distintas acciones contra el desaprovechamiento. Por ejemplo, en 2018 se publicó un estudio de flujos; la Agencia Reserva de Biosfera inició la campaña «Fuera de serie» para incidir en los productos que no cumplen los estándares pero que son plenamente aprovechables; y la Associació Leader impulsa el proyecto «Menorca al plat de l'escola», para hacer un seguimiento del aprovechamiento de alimentos en los comedores escolares y habiéndolo reducido un 50 por ciento.
Interpretación de datos
Para Noemí Garcia, más allá de las toneladas y los porcentajes de pérdidas, «estas cifras deben interpretarse de forma cualitativa». Es decir, «si hay mil brócolis y 300 kilos de tomates que se pierden, son mil familias que dejan de comer tres platos de verdura, o 300 que dejan de comer una ensalada con tomate cada semana». De ahí que sea «importante valorar el impacto ético y social que, además, recae sobre las familias que producten estos alimentos», concluyó.
#Sr. Lobo, buenos días, yo no le diré a qué precios debe vender usted su producción , pero sí le diré que esos grandes agricultores están sometidos a esas plataformas que todo el mundo conoce. Si al agricultor le paga las naranjas a 0,40 céntimos el kg y se vende al mercado a un 1,70 céntimos son los intermediarios los que hacen el negocio. Esos agricultores también tienen que pagar el oil, electricidad , averías y etc. como usted mismo, pero usted no tiene que pagar a esos intermediarios! Pero en el mercado los payeses se cobran los melocotones a 4 euros, manzanas a 3.50 y no sigo. También esas grandes superficies tienen terrenos para producir para ellos, con los cual se pueden abaratar los precios, pero no lo hacen... Soy fiel cliente de mercado y de la tienda de barrio, pero a veces no me queda más remedio que acudir a esas grandes superficies. Cójalo como constructivo, feliz fin de semana.