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Diez horticultores desechan 18 toneladas de verduras en 7 meses antes de llegar a las tiendas

La Associació Leader impulsa un muestreo para combatir el desperdicio alimenticio en origen

En S’Hort de s’Ullestrar, en Ciutadella, trabajan para dar salida a toda la producción que cultivan en sus tierras. | Josep Bagur Gomila

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En Menorca, este 2022, en solo siete meses y en apenas 13 hectáreas, se echaron a perder, solo en origen, 18 toneladas de verduras. Esta es la cantidad de alimentos que los propios horticultores no lograron comercializar, por motivos varios, y que, por tanto,    no se introdujeron en la cadena alimentaria y no llegaron a las familias a través de los canales habituales de comercialización.

Esta cantidad de productos de huerta que se pierden es únicamente una pequeña porción de lo que es realmente. Más aún, sabiendo que, extrapolando los datos que se manejan a nivel mundial, en la Isla se estarían malogrando 12.000 toneladas de alimentos cada año.

Causas

Los motivos que generan tal derroche de hortalizas son variados. «Puede ser por una planificación mejorable de los cultivos; por una política de precios que no compensa los costes de recolección; por la falta de mano de obra para la recolecta; por plagas que enferman las cosechas; por no cumplir los estándares de calidad, que a menudo son injustos; o incluso por causas climáticas, como las que afectaron a productores de Menorca hace unos días».

Enumeraba estas causas la nutricionista Noemí Garcia, quien ha liderado un trabajo de análisis en el que han colaborado el gastrónomo Pep Pelfort y la consultora Anna Pasquina, para obtener información real acerca del excedente alimentario que se desaprovecha en Menorca.

Desde enero se está llevando a cabo un primer muestreo, con la colaboración de diez horticultores, además de varios productores frutícolas que aportarán también sus estimaciones.

Todo esto es en el marco del proyecto «Lucha contra el desaprovechamiento alimenticio,    una acción coopera- tivista», impulsado a través de la Associació Leader Illa de Menorca, con fondos Feader, en el marco del Programa de Desarrollo Rural de las Illes Balears que se lleva a cabo durante todo 2022.

Hasta ahora, al hablar de desaprovechamiento de alimentos solo se había puesto el foco en el ámbito de la comercialización, por un lado, y en las propias familias, por otro. Sin embargo, no era habitual fijarse en la cantidad de producto que ni tan solo sale de las fincas productoras.

El trabajo, aún no concluido, ha consistido en recopilar datos semanales o quincenales de la producción malograda, o ni recolectada, por parte de los propios productores. «No es un estudio, pero si una iniciativa inédita, con datos a partir de un muestreo,    para poner sobre la mesa todo lo que sucede en este punto del ciclo alimentario», señalaba Garcia, durante la presentación de los datos, en el Mercat des Peix, de Ciutadella.

Desarrollo Sostenible

Este proyecto se enmarca en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, fijados en 2015. Los 193 países firmantes, entre ellos España, se comprometieron a combatir, entre otras cuestiones, la pérdida de alimentos. Y es que se estima que alrededor del 14 por ciento de los alimentos de todo el planeta se echan a perder antes de llegar al comercio minorista, hasta el punto que, al final de toda la cadena, se está derrochando un tercio de la producción mundial, que serían esas 12.000 toneladas solo en Menorca, que se pretenden reducir con iniciativas como esta.

Pep Pelfort, Ana Pasquina, Noemí García y Gonçal Seguí han presentado este miércoles la guía | Josep Bagur

En este sentido, con el Pacto de Milán, en 2017, Menorca cuenta con una estrategia alimentaria, que incluye distintas acciones contra el desaprovechamiento. Por ejemplo, en 2018 se publicó un estudio de flujos; la Agencia Reserva de Biosfera inició la campaña «Fuera de serie» para incidir en los productos que no cumplen los estándares pero que son plenamente aprovechables; y la Associació Leader impulsa el proyecto «Menorca al plat de l’escola», para hacer un seguimiento del aprovechamiento de alimentos en los comedores escolares y habiéndolo reducido un 50 por ciento.

Interpretación de datos

Para Noemí Garcia, más allá de las toneladas y los porcentajes de pérdidas, «estas cifras deben interpretarse de forma cualitativa». Es decir, «si hay mil brócolis y 300 kilos de tomates que se pierden, son mil familias que dejan de comer tres platos de verdura, o 300 que dejan de comer una ensalada con tomate cada semana». De ahí que sea «importante valorar el impacto ético y social que, además, recae sobre las familias que producten estos alimentos», concluyó.

El apunte

Una guía para recuperar y fomentar la cocina de conservación

Este proyecto ha incluido la edición de la guía, física y digital, «Cocina de conservación», que recoge los mejores métodos para conservar los excedentes de alimentos de huerta.

El objetivo es «recuperar una tradición tan bonita que había en Menorca y que se está perdiendo» como es el de elaboración de conservas. Así lo apuntaba el experto gastronómico Pep Pelfort, quien incidió en la necesidad de llenar las despensas cuando hay abundancia y evitar, a la vez, su desaprovechamiento.

La guía repasa las verduras de cada temporada, y explica doce formas de conservación, desde la compota al escabeche, pasando por el almíbar, las confituras, la maceración en aceite, la deshidratación, las mermeladas, el mosto o la salmuera. Por último, aporta una docena de recetas, para conservar tomates, berenjenas, calabazas, judías o pimientos.

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