Numerosos payeses han advertido que se están acumulando toneladas de plásticos agrícolas en las fincas por la falta de recogida de estos residuos desde hace ya medio año. Todos tienen cúmulos porque, tras el periodo estival y la preparación del campo para el invierno, la concentración de basura se agrava, especifican desde la Unió de Pagesos de Menorca.
Los usos del plástico en el sector agrícola son múltiples y pasan por la construcción de invernaderos, la creación de microtúneles, la colocación del acolchado para elevar la temperatura del suelo y el embalaje de balas de paja, entre otros. De la recogida de este residuo se encargaba, hasta el verano pasado, el Consorci de Residus i Energia de Menorca, a través de la empresa adjudicataria del servicio.
Aclara Esteve Barceló, director insular de Medio Ambiente en el Consell insular, que esta prestación se contemplaba, hasta ese momento, dentro del contrato de servicios de recogida de residuos urbanos o domésticos, siendo algo «excepcional». Lo correcto, asegura, era hacer lo que ya está en marcha: desvincular ambos servicios (el de recogida de plásticos agrarios y el de residuos urbanos).
Aunque Barceló reconoce que, en terreno rústico y para actividades tan concretas, «los interesados deberían contratar a un gestor por su cuenta», avisa que se pondrá en funcionamiento una nueva prestación que operará al margen del servicio de recogida de residuos urbanos y que será una «solución temporal». El objetivo, recuerda, es reducir el uso de plástico en la agricultura.
El nuevo servicio funcionará igual que antes, según ha detallado el director insular de Medio Ambiente. Los payeses deberán solicitarlo mediante llamada telefónica o correo electrónico cuando tengan suficiente material acumulado. «La contratación ya está en curso y esperamos que se resuelva pronto», ha informado Esteve Barceló.
Algunos de los payeses afectados alertan que, además de ocupar espacio, los kilos y kilos de plásticos agrícolas que se han ido amontonando en los llocs interfieren en las labores que desempeñan en el terreno y temen que, con el tiempo invernal y el viento, puedan degradarse o esparcirse más allá de las fincas.